sábado, 13 de diciembre de 2014

Los tres reinos

Las postrimerías de la época de los Han estuvieron marcadas por las intrigas y las luchas, tanto fuera como dentro de la corte. El propio emperador Han, Xiandi, sin autorización alguna que ejercer, se vio obligado a buscar apoyo y refugio en las ciudades de Changan y Louyang. Pero ya era tarde, el poder se disputaban entre los generales del ejército y los señores de las guerras locales. Uno de aquellos generales llamado Cao Cao, logró controlar el norte del imperio Han y fundó la dinastía Wei, al tiempo que establecía un reino con capital en Louyang. Consolidada su posición, Cao Cao ofreció su protección al débil emperador, a quien casó con una de sus hijas. En el año 220 d.C. un hijo de Cao Cao, Cao Pi, destronó al emperador Xiandi y tomó para sí el título de emperador, con lo que puso fin a la dinastía Han. Al año siguiente, en el Oeste, otro general, Liu Bei se autoproclamó también emperador, estableciendo la dinastía Shu Han, que originalmente tomó el nombre dinástico de Han. Por su parte, un tercer general, Sun Quan, fundó la dinastía Wu al sur, en el 223 d.C. Los gobernantes de estos tres reinos se declararon así mismos herederos legítimos de la dinastía Han. La rivalidad y tensión entre ellos era por demás evidente. En el año 263 d.C. el emperador Wei, Yuandi, logró conquistar el reino Shu Han. Sin embargo, en el año 265 fue destronado por uno de sus generales, Sima Yuan, quien se entronizó con el nombre de Wudi y fundó su propia dinastía, la de los Jin. 


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