El Padre Cobo trae esta información sobre matrimonio y vida sexual.:
a) Estaba prohibido bajo pena de muerte el matrimonio entre ascendientes y descendientes. Igual prohibición alcanzaba a la unión entre hermanos; pero, tratándose del Inca, fue posible desde Thupa Yupanki, que fue el primero que se casó con su propia hermana de padre y madre. Aducíase que debiendo adorar ambos cónyuges al mismo abuelo, la unión era perfecta.
b) Apunta el Padre Cobo lo siguiente con respecto al Inca y la nobleza: "Por vía de herencia heredábase las mujeres de sus padres y hermanos, de las cuales usaban los herederos como propias, excepto la legítima del difunto y las que habían parido del padre. Los hermanos heredaban las mujeres de sus hermanos, así las legítimas como las concubinas; y sobre lo que habían de ser preferidos en estas sucesiones, había esta costumbre; que si los hijos eran grandes y tenían casa aparte al tiempo de la muerte del padre, el mayor se apoderaba de las mujeres y si alguna había parido, ésta entendía en criar sus hijos y estarse por sí aparte; y si era la mujer legítima y no había parido, no la llevaba el hijo del difunto, sino el hermano, porque solo al hijo le estaba hecha la prohibición del ayuntamiento carnal con la mujer legítima de su padre y no al hermano con la de su hermano".
c) Respecto de relaciones, el Padre Cobo señala "que los padres daban a sus hijos cuando eran niños una mujer que los limpiase y sirviese hasta que tenían edad, y antes que los casasen estas amas les enseñaban vicios y dormían con ellos, holgando de ello los padres, y esta tal siempre se les quedaba en casa por manceba después que se casaba"
d) Con respecto a la crianza de huérfanos, el propio Padre Cobo nos dice: "era costumbre confiarlos a alguna mujer viuda del pueblo que no tuviese prole ni volviera a casarse y ésta viendo al joven en edad, aunque ella fuese vieja, se amancebaba con él hasta que el gobernador le daba mujer y ello no obstante la viuda se quedaba siendo manceba hasta que le pagaban el trabajo de haberle criado, cosa que se aplazaba indefinidamente".
e) Más adelante, añade el P. Cobo: "En la región del Collao,, el novio obsequiaba a la futura suegra con una taleguilla de coca".
f) "Era general la costumbre de que el novio llevase a casa de sus suegros paja y leña durante cuatro o cinco días".
g) "Era norma que no podía ser repudiada la mujer legítima y se consideraba afrenta casarse, al enviudar, con una de las mancebas. No podía haber boda de persona viuda antes de cumplirse el año de la muerte del conyuge".
"Cuando una viuda criaba a un huérfano, éste, en pago, se amancebaba con ella".
h) "El incesto era prohibido incluso entre la nobleza hasta la época de Thupa Yupanki".
i) "El hijo mayor, a la muerte del padre, se apoderaba de las mujeres de éste, excepto la legítima, la cual pasaba al hermano del difunto".
j) "Se heredaba las mujeres de los hermanos".
k) "Se rendía culto a los ascendientes por línea recta, sin tener en cuenta con el tío o con el hermano de la abuelo".
l) Dice el Padre Cobo que la poligamia era muy muy bien vista pues la concesión de mujeres por el Inca era a personas de mucha calidad o de gran ingenio y suficiencia y remunerando servicios importantes. Sin embargo, era solo un privilegio de la nobleza, pues la gente común era monógama.
ll) La mujer estaba muy sujeta al marido: le servía en el hogar, trabajaba en el campo, llevaba cargas y en muchas tareas ayudaba al hombre. Entre la nobleza la mujer legítima era servida y obedecida por las otras mujeres.
m) Refiriéndose al matrimonio, dice: "que después de la cosecha el Inca repartía a las acllas entre los nobles y principales en una ceremonia en que participaban los deudos de los contrayentes: los del varón iban con el novio a casa del padre de la novia o de su pariente más próximo, quienes la entregaban y el novio, al recibirla, le calzaba el pie derecho con una sandalia de lana si era doncella y de paja si lo contrario y la tomaba por la mano y así juntos los deudos de ambos la llevaban a la casa del marido y la novia sacaba de debajo del chumpi una túnica de lana fina, un llauto y una patena y dábaselo a su esposo, el cual se los vestía. Se pasaba en fiesta con los novios hasta la noche; mientras tanto, la novia era instruida por sus parientas más ancianas de cuanto debía saber por esposa y los viejos deudos lo hacían con el novio, haciéndole amonestaciones de cómo había de tratar a su mujer. Unos y otros les hacían obsequios".
m) Refiriéndose al matrimonio, dice: "que después de la cosecha el Inca repartía a las acllas entre los nobles y principales en una ceremonia en que participaban los deudos de los contrayentes: los del varón iban con el novio a casa del padre de la novia o de su pariente más próximo, quienes la entregaban y el novio, al recibirla, le calzaba el pie derecho con una sandalia de lana si era doncella y de paja si lo contrario y la tomaba por la mano y así juntos los deudos de ambos la llevaban a la casa del marido y la novia sacaba de debajo del chumpi una túnica de lana fina, un llauto y una patena y dábaselo a su esposo, el cual se los vestía. Se pasaba en fiesta con los novios hasta la noche; mientras tanto, la novia era instruida por sus parientas más ancianas de cuanto debía saber por esposa y los viejos deudos lo hacían con el novio, haciéndole amonestaciones de cómo había de tratar a su mujer. Unos y otros les hacían obsequios".
n) "El viudo o la viuda sólo podían contraer nuevo matrimonio después de un año y, si moría la mujer principal de un noble, éste no podía casarse con ninguna de sus otras mujeres".
Un anónimo de 1580 consigna estos datos sobre el matrimonio de las acllas. La manera de casamiento que tenían las acllas, era así: "se juntaban en un llano los hombres a quienes iban a recibir como mujeres a dichas escogidas, los cuales eran siempre criados del Inca y yanacones que le servían, aunque ya tuviesen otras mujeres, y sin más ceremonias el respectivo funcionario entregaba a cada hombre una o dos mujeres, indicándoles que se marchasen. Otras veces era el propio Inca quien intervenía en la distribución. Cuando alguna mujer se negaba a ir con el hombre que se le había señalado, era castigada con la muerte, porque desobedecía al Inca.
Muerto el marido que recibía una escogida, ésta tenía después libertad para casarse con quien quisiese y volvíase a su tierra sin licencia previa del Inca.
Las mujeres que tomaba para sí el Inca no tenía esta libertad, porque a su muerte quedaba en su misma casa, sin que nadie les quitase su chacra ni servicio, sirviendo y dando de comer cada día al Inca muerto, como si estuviese vivo. Así pudo observarse con las mujeres que fueron de Tupac Yupanqui y Guayna Capac".
El Padre Costa nos habla de la especial solemnidad con que se celebraba el matrimonio, uno de cuyos actos era:
a) "El ir el desposado a la casa de la novia a llevarla consigo y ponerle una ojota (usuta) en el pie que era de lana o de esparto según fuese la mujer doncella o viuda. A ésta servían y reconocían todas las otras y cuando moría el marido llevaba luto durante un año, no pudiéndose casar en este período".
b) "Los gobernadores y curacas celebraban los matrimonios en sus pueblos juntando a los jóvenes de ambos sexos en una plaza y cumpliéndose la ceremonia de calzar la usuta".
c) "Estaban prohibidas las relaciones sexuales con la madre, abuela, hija o nieta y, por lo tanto, el matrimonio; con las otras parientas estaba permitido casarse o amancebarse".
d) "Era igualmente prohibido el unirse hermano con hermana, y respecto de los Incas dice el cronista jesuita: "hermano con hermana tampoco se consentía tener acceso ni había casamiento, en lo cual están muchos engañados en el Perú, creyendo que los incas y señores se casaban legítimamente con sus hermanas, aunque fuesen de padre y madre; pero la verdad es que siempre se tuvo esto por ilícito y prohibido contraer en primer grado; y esto duró hasta el tiempo de Topa Inca Yupanqui, padre de Guayna Sapac y abuelo de Atahualpa en cuyo tiempo entraron los españoles en el Perú, porque el dicho Topa Inca Yupanqui fue el primero que quebrantó esta costumbre y se casó con Mama Ocllo, su hermana por parte de padre; y éste mandó que sólo señores incas se pudiesen casar con hermana de padre, y no otros ningunos. Así lo hizo él, y tuvo por hijo a Guayna Cava, una hija llamada Coya Cusi Rimay, y al tiempo de su muerte, mandó que éstos hijos suyos, hermanos de padre y madre, se casasen, y que las demás gente principal pudiese tener por mujeres sus hermanas de padre".
El visitador Damián de la Bandera apunta lo siguiente sobre la forma del matrimonio, al observar esa institución en la provincia de Huamanga: "En cada pueblo, como sabían que iba el visitador, hallaba por su orden puestos en la plaza los indios que no tenían mujeres, de 15 hasta 20 años, de 25 hasta 30, de 35 hasta 40, cada edad por sí, y así mismo las mujeres solteras por sus edades; los hombres fronteros de las mujeres; y de allí primeramente daba mujeres a los caciques y principales que no las tenían o tenían necesidad de más, y después a los demás indios por sus edades, a cada uno con su igual. Y este era entre ellos matrimonio tan guardado que ninguno osaba dejar la que allí le daban por mujer ni tener cuenta otra, so pena de muerte, y ellas por lo consiguiente; y solamente a los caciques principales de mil o de 10 mil indios les era concedido tener más mujeres que una, pero esto era con licencia del Inca"...
"Era costumbre entre ellos que el hermano heredaba las mujeres de su hermano, en muriendo, y el hijo las del padre; tenían acceso con ellas públicamente; y aún en el día de hoy lo usan algunos".
En la relación de los Pacajes (Relaciones Geográficas de Indias) aparecen los siguientes datos relativos al matrimonio: "el modo que tenían en sus casamientos estos Pacajes era que el Inca o su gobernador o cacique principal, en llegando al pueblo, hacía juntar los mozos y mozas que había en él solteros, y hacíanles poner por hileras, unos a un cabo y otros a otros, y decía a los varones que tomase cada uno su mujer conforme a su estado y calidad, diciendo la mujer primero delante de sus padres con cuantos varones había tenido acceso antes que con él, y no queriendo hacer la dicha mujer la confesión, la desechaba y no la quería por mujer, aunque tuviese hijos en ella; y después de hecha esta ceremonia, los padres le daban cántaros, ollas y husos y semilla para las chacras, chuses para dormir; y los parientes le daban la fiesta, la leña y paja. Los indios pobres no podían tener sino una mujer, y a los caciques principales les daba una mujer el Inca, y la llamaban taica guarmi (takyia guarmi, M. J. de la E.), que quiere decir mujer legítima, y demás de ésta les daba a algunos caciques principales 10 a 20 indias y se llamaban sipas que quiere decir manceba y estaban en casa aparte y servían de hacer bebida, ropa y chacra. Y cuando la mujer del cacique principal era hallada adúltera, despachaba a el Inca dándole razón de ella y éste le daba licencia para repudiarla y tomar otra; y si era indio particular, daba noticia al cacique principal y con su licencia tomaba otra mujer, porque sin este aviso no se podía repudiar las mujeres".
Fuente: Historia del Antiguo Perú a través de la fuente escrita por Luis E. Valcárcel
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