martes, 5 de mayo de 2015

El resurgimiento del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición en España

Para fines del siglo XV, la inquisición estaba casi desaparecida en la península ibérica; pero en ese momento era mayoritariamente cristiano, donde se luchaba aún contra los musulmanes y donde había una amplia población judía. Ese escenario y no la reforma protestante fue el principal motivo para que se reavivara el tribunal del santo oficio de la inquisición. En 1478, el Papa Sixto IV envió a los reyes católicos una bula en que los autorizaba a instaurarlo para defender la fe en su territorio. Sin embargo, concentrados aún en la reconquista y temiendo que dicha medida los obstaculizaría, los reyes católicos esquivaron en un inicio la iniciativa papal. No se trataba de una medida que buscara emprender persecuciones religiosas. En realidad, el tribunal planteaba en los albores de la edad moderna con fines semejantes a los que había tenido en los tiempos medievales; evitar la deformación de la doctrina católica, respetando, en cambio, a quienes mantenían su credo; pero no siempre fue así. 


En 1480, instados nuevamente por el Papa, los reyes católicos debieron proceder a establecer el tribunal del santo oficio de la inquisición en España, con el principal objetivo de limpiar la nación de herejes y judíos. En esta época aparece la figura del famoso el inquisidor Tomás de Torquemada, quien se hizo conocido por su extrema crueldad, capaz de ver herejes y sacrílegos en cualquier parte. En 1542, centralizando los diversos tribunales particulares de la inquisición episcopal y monástica, que funcionaban en diferentes partes de Europa desde siglos anteriores, el Papa Paulo III estableció un tribunal supremo de la inquisición, al que convirtió en una congregación pontificia con el título de santo oficio de la iglesia universal. El procedimiento de investigación inquisitorial concluía con la aplicación de las penas a las que habían sido condenados los acusados: desde la simple penitencia hasta la pena capital, usualmente usaban la hoguera. En España, la inquisición se convirtió en jurisdicción del Estado. Por esta vía penetró en América. Se crearon tribunales del santo oficio en Lima en 1570 y en México una año después. Esta institución varió notablemente según el lugar y la época en que se desenvolvió y si bien surgió como una entidad que velara por la doctrina de la fe católica, pronto se convirtió en un instrumento de terror antes que religioso, político, que desencadenó auténticas cacerías de brujas y despertó, en muchos casos, reacciones adversas. Curiosamente dichas reacciones hicieron menos blanco en la iglesia católica, que era finalmente la promotora, que en el Estado. 

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