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lunes, 29 de agosto de 2016

Los números mágicos de los incas

Los números tenían diversos valores mágico-religiosos, según Fernando Cabieses: Número Dos. Había varias "parejas" de valor religioso: Hanan-Urin, Inti Raymi-Qhapaq Raymi (los solsticios), Sol-Luna, Macho-Hembra, Derecha-Izquierda. Número Tres. He aquí algunas trinidades: a) había 3 soles (Apu Inti, Churi Inti, Guauqui Inti); b) 3 rayos; c) 3 posiciones del Sol en el horizonte (Anti, Inti, Kunti); d) 3 eran los mundos (Hanan-Pacha, Cay Pacha, Ukju-Pacha); e) 3 ventanas de Tamputoco. Número Cuatro. 4 eran los hermanos Ayar, las regiones del imperio, las paredes de cualquier recinto y las direcciones geográficas (Chinchay, Chiri, Anti, Kunti).Número Cinco. Los dedos de la mano y los tronos que presidían el Qhapaq Raymi ocupados por Wiracocha, el Sol, el Trueno, la Luna y el Inca. Número Siete. Los cuerpos celestes reconocidos y los agujeros de la cabeza (2 ojos, + 2 oídos+ 2 nasales + 1 boca). 


Fuente: Historia de los incas 2  por Pablo Macera

domingo, 18 de mayo de 2014

la esclavitud en el Imperio Inca

En el imperio Inca si existió la esclavitud, pero fue a partir del reinado de Huayna Cápac (Guayna Qhapaq), en quechua o runa simi a los esclavos se les decía pinas o pinacunas. Estos pinacunas por lo general eran prisioneros de guerra que no admitían la derrota, como es el caso de centenares de pastos, carangues, cayambes, quitos, cañares, chachas. Se les reubicaba en la Selva Alta o ceja de Selva para que se dediquen a la producción de coca de por vida. El número de esclavos en el imperio nunca fue superior en comparación con la población total.


Los esclavos en el incanato no estaban bajo el dominio de personas particulares ni instituciones sino al sapainca o Estado imperial. No se les forzaba a trabajar en las minas, canteras ni otras obras estatales, ya que esta labor le pertenecía a los mitayos proporcionados por los ayllus. Tampoco el Inca los regalaba a sus favoritos, ni a sus esposas, ni siquiera a sus guerreros que expandían las fronteras imperiales, no eran objeto de comercio, arrendamiento ni préstamo.  


La vida del pinacuna era muy triste en las plantaciones de coca de las Selva Alta, pese a recibir tierras de cultivo  debido a las aguas contaminadas, el clima caluroso y húmedo, enjambre de insectos y sobre todo la terrible e incurable uta que desgarraba sus rostros. La esclavitud en el imperio de los incas eran propiedad del Estado y del sapainca solamente. No hubo en el incanato tráfico de esclavos, pero si existieron familias y ayllus enteros sometidos a la esclavitud.
En el imperio de los incas solo se podía ser esclavo en dos formas:

  • Prisioneros por delito de rebelión contra el sapainca y el imperio.
  • Por nacimiento o sucesión familiar. 
Los esclavos (pinacunas) incas no eran utilizados en la guerra, no se les permitía portar armas,  ni viajar. Tampoco conformaban comunidades con tierras colectivas ni privadas, aunque vivían en chozas conformando aldeas. Tenían sus jefes supeditados a los gobernadores incaicos. Se casaban entre ellos mismos. Exhibían insignias peculiares de su clase para ser reconocidos como tales. 


Sólo el sapainca tenía derecho de la vida y muerte de los pinacunas; pese a ello éstos tenían el usufructo de las tierras estatales que ocupaban y podían ahorrar productos y trocarlos; practicaban la endogamia y no se sabe si el sapainca concediera la libertad a alguno de ellos.

sábado, 17 de agosto de 2013

Bingham en Choquequirao

En la ciudad de Abancay, capital de la región de Apurímac, Bingham es bien recibido por el prefecto Núñez donde le pidió que visite Choquequirao, una antigua fortaleza inca. La palabra quechua Choquequirao significa “cuna de oro”, Núñez recaudó miles de dólares para abrir el camino a las ruinas casi inaccesible. Fue a partir de Núñez que Bingham oyó por primera vez una leyenda que ha crecido alrededor de Choquequirao, considerado el último refugio de los incas, de los cuales se cree que miles de ellos se han escapado llevándose consigo los tesoros a esta ciudadela escondida en las nubes cuando los españoles invadieron el Tawantinsuyu en 1532.



Fue construida a finales del siglo XV posiblemente durante los gobiernos de Pachacuti y su hijo, Thupa Yupanqui. Los investigadores sostienen que este complejo era un importante centro religioso y político. Funcionó como una especie de garita de control para asegurar el acceso a las áreas de Vilcabamba, que conectaba la Selva con otros centros importantes como Pisac y Machu Picchu, también sirvió como nexo entre la selva amazónica y la capital del Cusco. Fue ocupado por quienes participaron en la resistencia que lideró Thupa Amaru I hasta su captura en 1572, quedando en el olvido y ocultado por una frondosa vegetación, sólo quedó en el recuerdo de los pobladores de las comunidades cercanas. Choquequirao forma parte de un conjunto arqueológico conformado por Ñusta hispana, Vitcos, Espíritu Pampa, Conservidayoc, Pampaconas y Jabaspampa. Los mismos que estaban articulados por caminos incas con Machu Picchu.

Bingham se convencía de la declaración de Núñez, incluso el prefecto le afirmó que Choquequirao nunca había sido visitada por un hombre blanco, una declaración que más tarde resultó ser incorrecta. Además Núñez enfatizó que el presidente del Perú Augusto B. Leguía había pedido personalmente que todos los trabajos de excavación en Choquequirao se dieran un alto hasta que el Dr. Bingham haga una observación y opinión del valor arqueológico del sitio. No lo pensó dos veces y fue en busca de esa mítica ciudadela. Bingham tras diversas travesías que la geografía peruana siempre ofrece a los que intentan explorarlo, por fin lo consiguió, situado sobre tres picos altos estaba construido en torno a una plaza central y un mirador elevado en un extremo, ambos están rodeados por muros de piedra, terrazas que sirvieron para sembrar cultivos. Los incas eran panteístas que adoraban a la naturaleza es por ello que dichas construcciones tenían un fin estético y religioso.
Cuando Bingham regresó a Yale, dedujo que Choquequirao no fue el último refugio de los Incas, era un lugar pequeño y estaba hecha con piedras toscas, además no encontró tesoro alguno. Pero estaba convencido que su ciudad perdida existía, horas en la universidad investigando los últimos días del Imperio Inca sabía su nombre; Vilcabamba. En cuanto a dónde podría iniciar su búsqueda, pensó en la vasta tierra detrás de la cordillera que había visto con dirección hacia el Norte desde la cima de Choquequirao.
Ya establecido en los EE.UU. Bingham se dedicó a preparar su libro llamado “Across South America”, ahí detallaba su viaje que hizo de Buenos Aires a Lima y la exploración que hizo en Choquequirao. El mencionado libro fue publicado recién en 1911.

miércoles, 1 de abril de 2009

Los Incas: Sus orígenes históricos


¿LA ESTIRPE INCA PROCEDE DE TIWANAKU?

En el altiplano del Titica surgió un pueblo de habla puqina, que construyó una gran ciudad denominada Taipicala o Tiwanaku.
Sus habitantes se dedicaban al pastoreo, la agricultura y la pesca. Adoraban al dios Wiracocha. Al dios Inti, en cambio, s{olo le habían consagrado una isla sagrada en el lago.
Los tiwanaku constituían un solo pueblo aunque dividido en dos mitades, como era su costumbre.

  • Los Hurin Taipicala (los de abajo)
  • Los Hanan Taipicala (Los de arriba)
Fue quizas en el siglo XII, que los belicosos pueblos aymarainvadieran su territorio. Éstos venían del Sur, de Tucumán (Argentina) y Coquimbo (Chile)
Los invasores destruyeron la ciudad de Tiwanaku y aniquialron a casi todos sus habitantes de habal puquina.
Sólo se salvaron los habitantes de urin Taipicala, porque uyeron a refugiarse en la isla sagrada del lago Puquinacocha, seguidos de unos cuantos hanan Taipicala.
Allí vivieron muchos años, hasta dasre cuenta de que habían perdido, definitivamente, su territorio. Entonces decidieron emigrar.
Un día se fueron hacia el norte del lago, en balsas de totora que habían construido.
Los conducía Apu Tambo, el sumo sacerdote de los urin Taipicala, buscando nuevos territorios, llegaron a las tierras de los masca, en las alturas del Cusco que aún no era una gran ciudad a cutyos habitantes sometieron fácilmente.
El sumo sacerdote de los taipicala ya anciano veái crecer orgulloso a su hijo Mango Qhápaq (Manco Cápac), nacido en estas tierras.
Con el tiempo Manco Cápac se convertiría en el jefe de los masca por su valentía e inteligencia.
Así fue como emepezó la historia legendaria de la estirpe Inca, cuyos lejanos antepasados migraron de Tiwanaku a Qosqo (Cusco), luego de haber cruzado el lago Titicaca o Puqinacocha.

 

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