Luego de asistir al
Congreso, Bingham entró al Perú por primera vez en enero de 1909 quien había
recogido a un nuevo compañero proveniente de Santiago, su nombre Clarence Hay,
hijo de un ex secretario de los EE.UU. Partieron hacia el Cusco por tren. Al
llegar a la ciudad lo primero que capturó su atención fue el monasterio
católico de Santo Domingo, construida sobre las paredes convexas del Coricancha,
el antiguo templo del Sol de los Incas, lamentablemente muchas de esas bellezas
arquitectónicas los conquistadores españoles construyeron sus casas sobre los
cimientos reales incas. Las largas paredes de piedra bellamente cortada y
unidas sin cemento hechas pacientemente por expertos es lo que le fascinó a
Bingham cuando recorrió la ciudad del Cusco. Esas mismas paredes de cuya
perfección recordaría dos años más tarde cuando llegó a Machu Picchu.
Llamado actualmente Convento de Santo Domingo se edificó en
1534 sobre lo que queda de los antiguos muros del Coricancha, templo dedicado
al Sol y a los astros. Sus salas y sus jardines, que abundaban en oro, fueron
saqueados en su totalidad por los españoles. La construcción de la iglesia
católica sobre las bases del Coricancha se prolongó hasta 1633, pero debido al
terremoto de 1650 tuvo que restaurarse. Los trabajos de refacción demoraron hasta
1680, dándole la apariencia que luce en nuestros días.
Realizó una visita guiada a
Sacsayhuamán, la extraordinaria edificación de piedra que cuya vista panorámica
se puede apreciar la ciudad del Cusco. Esta edificación según el historiador
John Hemming ha sugerido que en su apogeo la estructura maciza habría tenido un
cuarto de milla de largo de tres niveles con tres torres en el centro de la ciudadela,
construida para la realeza. Sus enormes rocas están perfectamente talladas
permaneciendo fijas. Bingham quedó estupefacto por lo que vio. Continuando con
su itinerario partió de Cusco a Ayacucho, el lugar donde Bolívar derrota
definitivamente a las fuerzas españolas en 1824.
Algunos estudiosos han formulado la hipótesis que
Sacsayhuamán sería un observatorio astronómico inexpugnable, donde sólo se le
permitía el acceso al Inca y a una exclusiva casta de sacerdotes –astrónomos. Según
el testimonio de algunos cronistas, existiría un templo dedicado al dios Sol,
en el centro de Sacsayhuamán. No se trata de una verdadera fortaleza, sino de
un antiguo lugar de culto donde los incas construyeron murallas defensivas. Los
enormes bloques usados en Sacsayhuamán fueron traídos desde la cantera de
Huacaypata, que se encuentra a cientos de metros del lugar.
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