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viernes, 1 de enero de 2021

Deformaciones craneanas Paracas

Las deformaciones craneanas en el antiguo Perú fue una práctica milenaria que se inició desde el período lítico (Lauricocha) y perduró hasta los tiempos de los incas. Pero el pueblo que más destacó en esta tradición fue la cultura Paracas. 

Desde muy niños se les amarraba la cabeza con llautos o sogas, logrando que los cráneos se alargaran sin causar daño a las capacidades mentales. Se han hecho estudios en tribus africanas que también realizan deformaciones craneanas, no hay evidencias que afecten la inteligencia. 

El modo de realizar las deformaciones craneanas varían de acuerdo a la fase al que pertenecían. 

Paracas cavernas (700 a.n.e. - 200 a.n.e.): La deformación fue de tipo cuneiforme, el occipital queda aplanado y el frontal alargado oblicuamente. 

Paracas necrópolis (200 a.n.e. - 300 d.n.e.): La deformación fue de tipo cilíndrico, con una hendidura pronunciada en el frontal. A esta forma de deformación se le conoció como "cabeza larga", y fue practicada en Lauricocha y posteriormente en el Tawantinsuyu. 

Los cráneos de las mominas hallados en los cementerios, la más llamativa corresponde a Paracas necrópolis. El tratamiento para la modelación de los huesos de la cabeza era prolongado y constante. Este proceso se iniciaba desde la infancia, debido a lo blando de su cráneo, de esta manera se podía deformar el cráneo a presión. Según las últimas evidencias arqueológicas, la cultura Paracas practicaron hasta cuatro tipos de deformación o modelados de cráneos.

                       Ilustración 01: Tipos de modelados de cráneos de la cultura Paracas

Fuente: Culturas antiguas del Perú Tomo 4: Paracas. Desarrollo social en la costa sur


                   Ilustración 02: Formas de lucir los tocados en los cráneos deformados

        Fuente: Culturas antiguas del Perú Tomo 4: Paracas. Desarrollo social en la costa sur


Muchos de ustedes se estarán preguntando ¿Por qué los Paracas se deformaban los cráneos?

Pues al parecer era un indicador de estatus social, ya que los cráneos deformados han sido encontrado en centros funerarios lujosos. 

       El objetivo de la deformación craneana parece haber sido lograr un elemento diferenciador de las personas con más estatus frente al resto de la población. Aquellas personas con una cabeza alargada o ensanchada se "distinguían" del resto y podían ostentar siempre su alta jerarquía (Ikehara, 2015). 

Los tocados y vinchas que usaban, resaltaban la forma peculiar de sus respectivos cráneos. 


Referencias bibliográficas

Chirinos, R. y Palacios, M. (1995) Historia del Perú 1: Lima;  Editorial Tercer Milenio.

Del Busto, J. (1978) Perú pre-incaico: Lima; Studium Editores S.A.

Ikehara, H. (2015) Cultura antiguas del Perú. Tomo 4: Paracas. Desarrollo social en la costa sur: Lima; Editorial Septiembre, S.A.C. 

Villanueva, J. (2001) El Perú en los tiempos antiguos, Historia preinca e inca: Lima; Quebecor World Perú S.A. 

martes, 23 de diciembre de 2014

Los tejidos Paracas

Uno de los grandes aportes de la cultura Paracas es sin duda la textilería, tanto por su belleza como por su perfección en las técnicas empleadas. 
Los tejidos de la cultura Paracas, considerado entre los más bellos del mundo, son de hilo de algodón y de lana de auquénidos. Dentro de las técnicas empleadas destacan: trama y urdimbre simple, uso del brocado y bordado, tejido de aguja, adornos de gasa, telas simples y pintadas, telas bordadas, el torcido y el trenzado. 


Trabajaron básicamente 7 colores, pero llegaron a obtener hasta 190 matices; se sabe que hay mantos que tienen hasta 22 matices. 
Los mantos miden 2.5 mts.  de largo por 1 mt. de ancho aproximadamente. Sobre telas de lana o algodón se bordan motivos en lana: seres mitológicos y motivos geométricos. La combinación de colores es perfecta. 
Hicieron piezas de indumentaria doméstica y ceremonial. Destacan: 
  • Los turbantes (Llautos)
  • Las túnicas (Unkus)
  • Los mantos (Yakollas)
  • Las faldas (Waras)


También hicieron prendas de carácter funerario, de calidades variadas. No sólo destacan algunos por su belleza; incluso los tejidos burdos destacan desde el punto de vista técnico por sus tamaños: uno medía más de 50 mts. de largo por 7 mts. de ancho.


El tejedor de Paracas sintió marcada inclinación por el algodón, blanco o leonado, que a pesar de ser difícil de teñir presentaba consistencia. Para los tejidos bordados prefirió la lana de auquénidos. 

En cuanto al tinte utilizaban a la cochinilla o magno para el color rojo, el azul con el añil lo obtenían de alguna indigófera. No ha sido posible identificar a los amarillos, aunque se sabe que son de origen vegetal, probablemente de chilca. Los verdes se conseguían sobre el añil, y para obtener otros tonos, se quebraba los colores retiñendo los hilos y las telas.
Los tintes se guardaban en bolsitas de cuero, siendo todos muy intensos. Combinándolos lograron el color celeste y el naranja, el tabaco y el índigo.  

Las figuras de estos mantos son de contorno recto y curvilíneo. Las primeras son representaciones convencionalizadas del felino y el cóndor, mostrando los felinos muchos atributos del jaguar de Chavín, y los cóndores dos cabezas, teniendo el cuerpo y las alas intervenidos por otras aves. Las figuras de contorno curvilíneo pueden dividirse en cinco series: peces, reptiles, aves, mamíferos y seres antropomorfos. Los peces tienen cabeza y cuerpo de tales pero las extremidades son de hombres y empuñan cabezas-trofeos cortadas al enemigo;  los reptiles se subscriben a la lagartija de lengua flechada que muestra a un congénere menor en su espalada; las aves aparecen picando una flor o llevando un en el pico un pescado, también las hay idealizadas, luciendo largos apéndices desprendidos del pico y con la figura emblemática del felino en el vientre; y los felinos representados en posición lateral con el rostro de frente, llevando una planta o fruto de adorno en la cabeza, el lomo o la cola. 
Las figuras antropomorfas representan a pequeños demonios o geniecillos de contornos lineados y poligonales, semidesnudos y encorvados, vistiendo un faldellín, y en la cabeza un magnifico tocado con diademas y cabelleras artificiales. Los diablillos muestran una marcada belleza, su variedad es notoria, existen mantos en que estos diablillos son muchos y todos diferentes, pero es difícil señalar cual de ellos está más artísticamente representado. 

martes, 1 de abril de 2014

trepanaciones craneanas de paracas

Eran intervenciones quirúrgicas en el cráneo de personas vivas, y no en cadáveres como equivocadamente se señalaba. Estas intervenciones perseguían dos objetivos:

  • Para aliviar compresiones debido a fracturas, que debieron ser frecuentes a causa de los hondazos y golpes con macanas producidos en la guerra.
  • Fines mito-religiosos. Creían que por estos huecos producidos salían los malos espíritus del cuerpo.
Procedimiento

Se cortaba una sección cuadrangular del cráneo mediante el proceso de las incisiones, raspado y barrenado. Hábilmente la persona que hacía el corte (por lo general era el chamán), procuraba no dañar la masa cerebral; de lo contrario, causaba la muerte. Retiraba la sección del hueso dañado, se cubría con una lámina de metal, o a veces con un pedazo de calabaza.
Muchas personas sometidas a estas trepanaciones sobrevivieron, según se ha podido observar con los restos hallados que muestran regeneración post-operatoria de los tejidos. 



Instrumentos

El instrumento utilizado estaba conformado por; cuchillos de obsidiana con mago de madera, puntas de piedra filuda, cinceles de bronce, cucharilla de dientes de cachalote, roscas de algodón, vendas e hilos. Al paciente se le anestesiaba con chicha, coca y otras yerbas. 


 

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