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lunes, 26 de septiembre de 2016

La función de los sacerdotes Chavín

Los sacerdotes de Chavín tenían un conjunto de conocimientos que les permitía tener poder: podían interpretar el movimiento de los astros para saber cuándo se podía empezar a cosechar o cuándo comenzaría la estación de las lluvias. Además habían aprendido a interpretar distintos signos de la naturaleza y con ello advertir a la comunidad sobre posibles fenómenos por venir. En posibles términos de esa época, los sacerdotes dialogaban con las fuerzas de la naturaleza, y como encargados de los oráculos, tenían la capacidad de interceder entre ellas, los templos y la gente.

La autoridad que los sacerdotes obtenían por estos conocimientos los colocaba en el centro de la atención. Si sus predicciones eran acertados, los centros ceremoniales y oráculos adquirían buena reputación. Eso ocurrió con los sacerdotes de Chavín, ellos fueron desarrollando una gran capacidad de convocatoria y a la vez poder político y económico sobre las comunidades de la época. 
Su centro ceremonial era famoso y reconocido, atraía a personas de otras regiones, que llegaban con regalos para solicitar servicios a los sacerdotes y oráculos, y al mismo tiempo crear o reforzar los lazos con los pobladores del lugar. 
Los sacerdotes tenían instrumentos especiales para analizar el curso de los cuerpos celestes, como el altar choque chinchay, una roca de 10 toneladas con 7 orificios circulares que se llenaban de agua para formar espejos y observar un conjunto de estrellas conocidas cómo las pléyades. Esto servía para predecir la llegada de las lluvias, información muy importante para las poblaciones agrícolas de los Andes. 


Fuente: Culturas andinas 2 "Chavín" Editorial Septiembre 

jueves, 22 de septiembre de 2016

Los centros ceremoniales en el Antiguo Perú

Entre los años 1200 y 500 a.C. proliferaron grandes centros ceremoniales, construidos por las comunidades de los andes y la costa. En estos lugares se organizaban rituales y alrededor de los cuales se articulaba la vida social de las comunidades cuyos miembros vivían dispersos en diversos valles y pisos ecológicos. Desde estos centros ceremoniales se compartían creencias y formas de entender el mundo y se organizaba la vida social; por ello eran también muy importantes para el gobierno de la comunidad. El constante incremento de la población en esta época permitió disponer la fuerza de trabajo suficiente para la construcción de los grandes centros y espacios comunitarios. 

Características de los centros ceremoniales:
  • Resaltaban en el paisaje por su tamaño y vistosidad. 
  • Estaba compuesta por una o varias plataformas alrededor de amplios espacios que funcionaban como plazas. Eran los lugares donde se realizaban ceremonias que congregaban a la mayoría de las comunidades e invitados que llegaban de otras regiones. 
  • Tenían recintos reservados y corredores adonde solo algunas personas (sacerdotes, gobernadores) podían acceder.
  • Fueron construidos con adobe o piedras (de acuerdo con la disponibilidad de materiales en cada zona) y luego decorados profusamente con imágenes. 
  • Los edificios alcanzaron tamaños monumentales. Fueron construidos por varias generaciones y en la mayoría de los casos cubrieron edificios más antiguos.

Los centros ceremoniales de los Andes mantenían comunicación y formaban una gran red de la que Chavín de Huántar era parte. Se cree que esta llegó a extenderse desde el sur de Ecuador hasta la zona de Ica y Ayacucho. En esta red se intercambiaban conchas Spondylus y caracoles Strombus provenientes de Ecuador, moluscos de Piura y Tumbes, oro de Cajamarca, obsidiana de Ayacucho y posiblemente animales y plantas del bosque amazónico. Las comunidades compartían información e intercambiaban cerámica fina y textiles, que eran los medios en los cuales plasmaban sus creencias. 


En Huaca Partida y Cerro Blanco de Nepeña, dos sitios contemporáneos a Chavín ubicados en el valle costero de Nepeña, se concentraron similitudes de estilo con Chavín. En Huaca Partida se hallaron partes de muros decorados, con colores o relieves, similares a los de la Plaza Circular Hundida de Chavín de Huántar. En Cerro Blanco de Nepeña, se encontraron vasijas de cerámica similares a las halladas en la Galería de las Ofrendas de Chavín de Huántar. 
En la Galería de las Ofrendas se encontraron 681 vasijas, como tazones, botellas, cántaros y otros recipientes, la mayoría de confección muy fina. La variedad de estilos cerámicos y el análisis de la tecnología alfarera indican que una buena parte no fue fabricada en la zona, sino que fue llevada hasta Chavín desde otros lugares para ser usada como ofrenda y vajilla para grandes banquetes. En la misma galería se hallaron restos de pescados (corvinas, sardinas, coco y tollo). Así como cangrejos, almejas y choros. Todas estas especies debieron haber sido traídas de la costa por los visitantes a las ceremonias. 

Se cree que para las creencias de la época pudiesen ser transmitidas a comunidades lejanas de los centros ceremoniales se emplearon telas y vasijas de cerámica o mate que servían como portadores de imágenes relacionadas con estas ideas. Por ejemplo, las telas eran pintadas o tejidas con los diseños deseados y luego eran llevados a zonas lejanas. De esta manera el estilo Chavín pudo llegar a la costa sur y ser replicado. Una hipótesis sugiere que quienes transportaban estos objetos cumplían una labor parecida a la de los misioneros, encargados de enseñar el estilo Chavín, o peregrinos que regresaban a sus comunidades después de visitar un centro ceremonial. Se han hallado telas pintadas con estilo Chavín en lugares tan distantes como Ica. 

Fuente: Culturas antiguas del Perú "Chavín" Editorial Septiembre

martes, 3 de junio de 2014

Las cabezas clavas

Conocidas popularmente como "guardianes del templo" las cabezas clavas se diferencian de las otras piedras con diseños de chavín, por su carácter escultórico. Tienen expresión grotesca, todas ellas y aunque algunos rostros muestran ligero semblante, risueño, domina en las cabezas clavas, vistas en conjunto el gran tamaño de algunos ejemplares, aterrorizan al que los contempla.


Estas cabezas levan una prolongación, lanceta o espiga, en su sección posterior, que servía para sujetarlas en las paredes, en las que previamente entre uno y otro sillar se había acondicionado el espacio necesario para incrustarlas.
Varias de estas cabezas líticas presentan una protuberancia en su lado superior, a manera de moño. Aunque es difìcil por ahora deducir si en general estas cabezas clavas tuvieron la función de servir de "horcas". Se puede apreciar colgados de una saliente en forma de cabeza que aparece incrustada en un muro o en un torreón.
Aunque las cabezas clavas son anterior a los incas, podría tratarse de una antiquísima tradición; algo que no debe asustar por el largo espacio de tiempo que se interpone, ya qu no pocas prácticas normativas, por ejemplo en la cerámica, sobrevivieron hasta la época chimú y aún la inca (asa estribo) El uso mismo de clavar los paramentos con cabezas líticas, reaparece en Tiwanaku y en Huamachuco y Cabana (Pallasca).



Por otra parte, en México y Guatemala se encuentra también con alguna variante, el uso de complementar la arquitectura incrustando en los muros grandes cabezas escultóricas de piedra.Por otro lado son bien conocidos las cabezas líticas procedenes del Salvador popularizasas en el congreso de americanistas realizado en Lima en 1939. No cabe duda que también en este aspecto se descubre una tradición muy antigua y de contornos americanos, con continuidad de miles de años.


Los rostros líticos de Chavín  representan caras humanas con atributos de aves y felinos especialmente en la boca y colmillos. Los cabellos y las arrugas son subrayados y se transforman en serpientes, indicando raíces ornitoformas: bastones y serpientes que traen su prosapia en plumas de ave. Pero no todas las cabezas-clavas tienen rostro humano. En lo que se refiere a las narices, en las clavas, éstas aparecen chatas y carnosas. El tamaño es variado, las hay de 0.30 metros de altura hasta de 0.70 metros y más.
La medida más frecuente oscila entre 0.35 y 0.45, en lo alto.


Dibujo y texto del libro "Historia General de todos los peruanos"

domingo, 27 de octubre de 2013

Período de los desarrollos regionales

Después de la decadencia del Estado teocrático Chavin y fin de su hegemonía cultual en el área andina, surgieron diferentes culturas regionales; se organizaron nuevos tipos de Estado de caracteríticas ya no panandinas sino regionales teocráticos-militaristas.


Este período histórico que abarca aproximadamente desde el siglo I d.n.e. es denominado Primer Desarrollo regional donde destacaron culturas como: Mochica, Nazca, Tiwanaku, Pucará, Vicús, Lima, Recuay, Cajamarca, Huancayo, Palcamayo, Huarpa, Waru, Garbanzal, Pechiche, Sechura y Ayabaca.

Otros investigadores también denominan a esta etapa "Intermedio Temprano" porque está situado históricamente entre Chavín y Wari (Estados panandinos)
El primer desarrollo regional es conocido también como la "Época de los Grandes Maestros Artesanos" por el gran desarrollo de la cerámica, metalurgia, escultura y textilería. 
Se da inicio al apogeo de los Estados teocráticos-militaristas, por su expansionismo regional y el predominio de una casta sacerdotal y militar. Pero cabe aclarar que este período se ubica dentro del Clasismo Expansivo, en general. 

La economía siguió recayendo en faenas como la agricultura, ganadería, artesanía, comercio y pesca. El comercio principalmente, de las artesanías y los productos agropecuarios, les permitió articular e integrar los diversos pueblos de la costa, andes y ceja de selva como aconteció en Tiwanaku. los sacerdotes guerreros(especialistas urbanos) planificaban la producción sin participar directamente en el proceso productivo de bienes. 
La mano de obra la seguían constituyendo los campesinos, artesanos, pastores y pescadores quienes eran explotados en las áreas rurales y en los talleres artesanales. 
Las guerras estaban justificadas; ya que las luchas entre los diversos grupos fueron constantes en sus disputas por ejercer la hegemonía e imponer tributos y tomar prisioneros. De esta forma se aseguraba al grupo poblacional trabajador y se ofrendaba como sacrificio a los dioses. Las representaciones hechas en la cerámica Mochica lo testifican. Hubo guerreros cazadores de cabezas humanas como los Nazcas. El Estado siguió siendo de carácter teocrático-militarista combinándose la estrategia y táctica guerrera con el culto a sus respectivas divinidades. 

El proceso de desarrollo de las artesanías fue notable, especialmente la cerámica, textilería y arquitectura. En la región se mantuvo vigente el culto a los dioses como el felino, adoración a los muertos y a las fuerzas naturales como el Sol, la Luna y las estrellas. De una u otra manera siguieron subsistiendo las creencias animatistas, animistas y totemistas. La especialización de los diversos ayllus se mantuvo y se profundizó. Consideramos que aparecieron en esta fase, ayllus especializados en alfarería, textilería, orfebrería y construcciones.

El modo de producción que comenzó a desarrollarse cada vez más fue el esclavista; sin embargo, existieron al mismo tiempo formas de trabajo propias de la economía colectiva como la caza, pesca y recolección. la combinación de ambos tipos de economía sería lo que algunos estudiosos tienden a llamar "modo de producción asiático".

 

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