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jueves, 20 de octubre de 2016

El compañero fiel de la nobleza preinca

En las antiguas tumbas andinas las momias de los nobles siempre estaban rodeadas de objetos que les podía servir en el más allá. El noble rico era enterrado con más cosas que el de un noble menos rico. Por ejemplo los nobles como el Señor de Sipán, fueron enterrados con sus mujeres, guerreros, animales, joyas, ceramios, textiles, etc. Menos cosas se han hallado en las tumbas de nobles de jerarquía inferior. Pero el esqueleto del perro siempre ha sido un distintivo común. 


El tipo de perro que criaron principalmente los nobles de la época preinca es el llamado perro de cola larga, de color blanco o negro con manchas marrones. Se le puede comparar con el actual perro chusco. 
Tenía un promedio de vida de 12 años, era de colmillos grandes. Se alimentaba de los restos de animales que se cazaban. Justamente por su carácter agresivo, fue utilizado para la caza, principalmente los venados; había sido utilizado para acorralarlo. Luego su amo se encargaba de matar a su presa con lanzas, flechas y cuchillos.

El perro vivió junto al hombre andino desde los primeros asentamientos humanos. Durante el precerámico el perro fue domesticado por los primeros cazadores del Ande y se desplazaba junto a su amo en búsqueda de presas. Al período Poémape pertenecen los esqueletos de perros hallados en las tumbas de la nobleza de la cultura Cupísnique. 
Las huellas de perros en barro fresco encontradas en las excavaciones de tumbas en el valle de Saña pertenecen al período Purulen.
Las primeras representaciones del perro en esculturas pertenecen a la cultura Moche, donde se había constituido como guardián y compañero de nobles y sacerdotes. Pero en épocas posteriores, este perro de cola larga fue reemplazado por el perro sin pelo, mal llamado perro chino, Sus funciones cambiaron y se utilizó más en el hogar que en la cacería. 

Sobre el origen de esta raza hay varias teorías, una de ellas afirma que apareció junto con la migración de personas que viajaron con sus perros de Asia a América a través del estrecho de Bering.

Fuente: Perú en los tiempos antiguos Julio R. Villanueva Sotomayor

martes, 18 de octubre de 2016

Los primeros mitos de Ai-Apaec

Ai-Apaec fue el héroe salvador que llegó a las tierras mochicas para ayudar a los seres humanos, que por entonces vivían acechados por seres monstruosos que generaban caos y desorden. Una de estas criaturas siempre rodeada de serpientes, usualmente se desplazaba por las montañas, donde capturaba incluso a las personas. Algunas veces este monstruo de rasgos antropomórficos, transformaba su apariencia en un cuadrúpedo de largo hocico con prolongados apéndices que se desprendían de la cabeza. Otras criaturas vivían en las profundidades del mar; entre ellas destacaban un cangrejo y un pez, ambos con rasgos humanizados, que también gustaban de tomar la vida humana. Ai-Apaec, personaje con atributos de felino, combatió contra dichos seres y los venció utilizando sus poderes y un poderoso cuchillo. En esta lucha por vencer los peligros circundantes y restablecer el orden en la tierra, transitó por distintos mundos, enfrentó a las fuerzas de la noche y el océano y realizó ofrendas a las divinidades, Ai-Apaec, aunque de apariencia humana, solía tener colmillos de jaguar, llevaba un tocado de felino, plumas de aves en la cabeza y cinturones de serpientes. El héroe suele aparecer acompañado de una iguana antropomorfa y un perro pequeño pero bravo. Juntos llegaron para vencer y restaurar el orden en el mundo. 

Por cada triunfo, Ai-Apaec capturaba la fuerza o esencia de sus oponentes y la usaba para apropiarse de los recursos y espacios que sus adversarios habían perdido. Es por ello que puede verse a Ai-Apaec pescando en el mar y cazando venados en las zonas altas de los valles. Así conquistaba el mundo salvaje.  


Fuente: Culturas antiguas del Perú Edit. Septiembre

sábado, 15 de octubre de 2016

El gran héroe Mochica llamado Ai-Apaec


Las élites mochicas emplearon mitos y rituales en los templos para dar forma a una identidad común y legitimar su poder ante la población. Dichos relatos parecen haber tenido hechos históricos vividos como en los valles de Moche y Chicama (conflictos con otras comunidades), pero fueron expresados como mitos. Así apareció y se difundió la figura de Ai-Apaec. Este personaje era un héroe que inspiraba valores que realizaban la identidad mochica, especialmente en los guerreros. Sus mitos funcionaban además como metáforas del proceso social de expansión y conquista que protagonizaron los mochicas, quienes fueron considerados representantes de Ai-Apaec otorgándose el legítimo derecho de gobernar y ocupar un lugar primordial en la jerarquía social. 
A través del mito de Ai-Apaec se explicó como se había resuelto la disputa por los recursos con las comunidades vecinas y se configuró la imagen de los foráneos con miedo y rechazos, pues se les consideraba criaturas temibles y peligrosas. Las poblaciones de los valles altos fueron representados como criaturas en forma de serpiente y la de los pescadores como feroces monstruos marinos. Todos debían enfrentarse a Ai-Apaec y ser vencidos por él, es decir conquistados por los guerreros mochicas. Así, la figura de Ai-Apaec se convirtió en el referente cultural de los mochica y dio mística a los guerreros de los estados mochicas. Estos evocando la figura del líder mítico, se enfrentaban a sus vecinos y reclamaban tierras y recursos. 
Conquistar los espacios de altura y el litoral era fundamental. no solo por los abundantes recursos de esas zonas, sino también por su valor simbólico. Las montañas eran consideradas el lugar de origen de la vida ya que los ríos y el sol llegaban desde ahí para fertilizar los valles. El mar era el fin, el paso hacia el inframundo, donde el sol desaparecía para luego renacer, y las aguas de los ríos se tornaban saladas y perdían su poder fertilizador.

Fuente: Culturas antiguas del Perú Edit. Septiembre

jueves, 7 de mayo de 2015

cerámica mochica

Tiene influencia de las culturas costeñas como: Cupisnique (Chicama), Salinar y Gallinazo (Virú). Hacia el final de Mochica se ve la influencia de la cultura Wari.
Forma: La cerámica mochica podía tomar diferentes formas de acuerdo al tipo. Si era cerámica pictórica la forma más popular fue la globular con gollete estribo. En cambio en el caso de la cerámica escultórica el ceramio toma la forma de lo que se quiere representar (rostros humanos, viviendas, vegetales, etc.)
Decoración: En la cerámica pictórica las figuras fueron hechas a pincel y generalmente se utilizan dos tipos de combinaciones de colores (cerámica bícroma): blanco-crema y el ocre-rojo. En general lo que se busca es el contraste entre los dos colores: el color claro sirve de fondo y el oscuro sirve para delinear los dibujos sobre la base clara. Hay también algunos cántaros negros y grises. En la cerámica escultórica también se utilizaron pocos colores: blanco, crema, ocre, rojo.

Motivos: La cerámica escultórica fue utilizada para representar en bulto las figuras de hombres, animales y plantas. De ella podemos obtener información sobre actividades de la vida cotidiana (por ejemplo fiestas), detalles de la arquitectura mochica, escenas eróticas (tienen un fondo mágico-religioso pues representaban ritos de fertilidad), animales y plantas de la época, las enfermedades pre-hispánicas (hay representaciones de enfermos con labio leporino, forúnculos, así como jibosos, cojos, ciegos), etc.
Dentro de la cerámica escultórica destacan los huacos-retratos que representan a hombres maduros en diferentes estados de ánimo. Algunos arqueólogos piensan que el huaco-retrato era utilizado para representar a los muertos. Así un huaco retrato encontrado en una tumba representaría al dueño de esa tumba. Ninguno de los huaco-retratos muestra cabellos, por el contrario, tienen gorros con motivos geométricos o zoomorfos.


La cerámica pictórica presenta también motivos innumerables. En esta cerámica  se encuentran representados diferentes tipos de personajes y elementos de la naturaleza así como actividades sociales y económicas. Las figuras están llenas de movimientos y realismo. Se pueden apreciar soldados peleando; mujeres y hombres realizando diversas actividades económicas (pescando, tejiendo, etc.); gente divirtiéndose en fiestas; mensajeros corriendo; etc.
Los motivos antropomorfos (hombres) son muy parecidos entre sí pero los individuos más importantes son más grandes y tienen pintura facial. La sensación de movimiento en los motivos antropomorfos se centra en los brazos y piernas.
En cuanto a los motivos zoomorfos (animales), generalmente se representa mal a los cuadrúpedos y se les quita movimiento, caso contrario es el de los peces y las aves, los cuales son bien representados.
Los motivos fitomorfos (plantas) aparecen solo como decoración y no como motivo principal. Dentro de estos motivos destaca el cactus de San Pedro, el cual aparece dibujado con frecuencia. Finalmente los motivos mitológicos también aparecen. Se representa frecuentemente al dios Ala-Paec.



Carácter de la cerámica: El carácter de esta cerámica ha sido motivo de discusión. Cuando se comenzó a estudiar a los mochicas se pensaba que la cerámica era realista, es decir, que buscaba una representación fiel de las cosas tal cual sucedían en la realidad.  Hoy no se piensa así y se afirma que hay algunas escenas de la cerámica mochica que representan ritos. Por ejemplo, en algunos huacos aparece representada la caza del venado. Antes se interpretaba como una práctica deportiva propia de la clase dirigente mochica, pero hoy en día estudios recientes lo relacionan con ritos alimenticios: se ofrece ciervos a los antepasados a cambio de agua para la agricultura. Del mismo modo, en el caso de los huaco-retratos no se trata de seres reales como se pensaba, sino más bien es una imagen ideal y arquetípica. 

 

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