Una vez logrado el dominio de gran parte del continente europeo, Hitler decidió pasar por alto lo acordado por el pacto de no agresión que firmó con la Unión Soviética, al llevar a cabo la operación barbarroja, nombre con el que se designaba la invasión a la Unión Soviética. Para el recorrido por el territorio soviético, Hitler lanzó un impresionante ejército conformados por tres millones de soldados junto con 19 divisiones Panzer y 15 divisiones motorizadas. Se conformaron tres grupos de ataques:
El grupo "norte" al mando del mariscal Wilhelm Ritter von Leeb, debía incursionar por el frente finlandés y la región del Báltico para llegar hasta Leningrado.
El grupo "centro" dirigido por el mariscal Fedor von Bock, recorrería la ruta hacia la capital, Moscú, pasando por Smolensko.
El grupo "sur" al mando del mariscal Gerd von Rundstedt, debía atacar la región de Ucarnia y Crimea.
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