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lunes, 16 de octubre de 2017

Las Panacas

Los descendientes de un Inca, en línea de varón, formaban su ayllu, en el sentido de linaje. A este grupo se llamó panaca o grupo de parentesco de los incas. Cada panaca estaba identificada con un inca, del cual descendían sus miembros. La panaca incluía a los descendientes de ambos sexos. 
Al segundo hijo se le encomendaba el gobierno de la panaca. El inca heredero no formaba parte de la panaca, porque cuando llegara ser el inca, él mismo formaría su panaca. 
Las principalles obligaciones de una panaca fueron:

  • Perpetuar la memoria del inca. Debían conservar la tradición oral que haría cuenta de su vida y hazañas, especialmente a través de cantos. 
  • Cuidar la momia del inca a su muerte. Seguían gozando de las riquezas y bienes que el inca había reunido en vida. 
  • Ocupar los puestos principales, políticos y religiosos. 
  • Intervenir directamente en la elección de cada nuevo inca. 
La panacas reales fueron diez:

        Inca                                                                              Panaca Real
-Manco Cápac.............................................................. Chima Panaca Ayllu                                            
-Sinchi Roca................................................................. Rawra Panaca Ayllu
-Lloque Yupanqui......................................................... Awayni Panaca Ayllu
-Mayta Cápac............................................................... Uska Mayta Panaca Ayllu
-Cápac Yupanqui.......................................................... Apu Mayta Panaca Ayllu
-Inca Roca..................................................................... Wika Kirau Panaca Ayllu
-Yahuar Huaca............................................................... Awqaylli Panaca Ayllu
-Huiracocha................................................................... Zukzu Panaca Ayllu
-Pachacutec.................................................................... Iñaqa Hatun Panaca Ayllu
-Túpac Inca Yupanqui.................................................... Cápac Panaca Ayllu



Cada una de las panacas contaba con servidores, sacerdotes, tierras y productos, tanto para su propio mantenimiento cuanto para la constante celebración de rituales en homenaje a la momia de su inca fundador. 

Fuente: Rocío Chirinos M. & María Luisa Palacios Mc B. Historia del Perú 2

martes, 20 de junio de 2017

La muerte en tiempo de los incas

La muerte para los incas era sencillamente el pasaje de esta a la otra vida. Por eso nadie se atormentaba frente a ella, porque estaban seguros de que sus descendientes y su ayllu cuidarían de su cadáver momificado, o simplemente disecado, llevándole comidas, bebidas y ropajes durante todos los años del futuro. En dicho aspecto lo único que le acongojaba era que pudieran ser quemados o pulverizados, porque eso si significaba su desaparición total.

No tenían la menor idea del paraíso celestial, tampoco del infierno ni mucho menos del purgatorio o la existencia de diablos al estilo de las religiones del viejo mundo. Tampoco pensaban en la resurrección de los muertos. Sin embargo creían en otras cosas: que el camaquem o fuerza vital muere o desaparece cuando al cuerpo vivo o al cadáver se lo quemaba o desintegraba. La etnia Huaro, al sur del Cusco, concebía la reencarnación o transmigración del camaquen de un sujeto que acababa de morir a otro que recién nacía.
En el sur, una vez fallecido, al cuerpo yerto se le bañaba para purificarlo; luego se le sobaba con sebo y maíz blanco molido, mullu y otros ingredientes. Acto seguido, se le vestía. Los parientes lloraban y después lo llevaban al Machay (cueva) para colocarlo junto a otros difuntos del ayllu. El camaquem no se retiraba del lado de los restos mortales sino cinco días más tarde de finado; fecha en la que los parientes iban al río o arroyo más próximo a lavar los atuendos y otras prendas dejadas por el muerto, una vez limpios, se los guardaba para seguir vistiendo a la momia. Estaban convencidos que ulteriormente de exhalar el último suspiro, esa fuerza vital de su propio ser seguía con vida, y creían igualmente que en el cadáver seguían latentes muchos atributos del ser vivo: sed, hambre, calor, frío, etc. De ahí porque para el jatunruna era importante la conservación del cadáver, lo que resultaba fácil en costa y Andes dada las condiciones ecológicas, que coadyuvaban a su disecación y momificación.


Consecuentemente, para que no padecieran de hambre ni sed colocaban adyacentes al muerto vasijas de alimentos y bebidas, cosas que se le continuaba llevando cada cierto tiempo, en fechas conocidas. Tal hecho explica la necesidad de dejar hijos y descendientes para asegurar el abastecimiento permanente al fallecido. 
Tanta era la obsesión o temor que con el tiempo el cuerpo del muerto quedara abandonado por alguna razón, se colocaba a todos los cadáveres en una sola tumba llamada machay, para que ese lugar recibieran el culto y cuidados por la comunidad (ayllu), quienes, por respeto y tradición, les llevaban coca y les mudaban de vestimenta. Era un desvelo el que sus cadáveres no desaparecieran, porque su conservación significaba seguir viviendo. Fue, pues, la idea de la supervivencia después de la muerte lo que condujo a la preservación de los yertos despojos. Entre los jatunrunas, el muerto era envuelto en telas, dejándole el rostro libre; pero entre los sapaincas se les colocaba una máscara de oro delgado, que de seguro reproduciría los rasgos fisonómicos del difunto. 

Con respecto a la momificación de inca, el resguardo de su momia en sus aposentos solariegos, rodeada de esposas y yanas vivos, afianzando su continuidad. Para el runa andino no había nada más angustioso que la desaparición de los cuerpos de sus antepasados, o pensar de que el suyo propio iba a correr ese triste destino. Tal vez por esa razón, Atawallpa soportó que lo bautizaran y prefirió morir por la del garrote en vez de ser llevado a la hoguera y así evitar que su cuerpo desaparezca. 

Así como los cadáveres recibían cuidados especiales, se los disponía de tal forma para que se secaran y pudieran conservarse centenares de años. En los Andes, los pobladores de habla quechua por lo común no acostumbraban a enterrarlos en el subsuelo. Eran arropados y colocados en posición fetal, (codos entre las rodillas y las manos sujetando el mentón). Estas momias eran llevadas a cuevas naturales o aftificiales llamadas machais, ubicadas en cañones y laderas de los cerros. Rodeándolos con objetos familiares: vajillas, herramientas, comidas, bebidas. Quedaban pues, prácticamente al aire libre, a la vista de todos. Hasta allí acudían sus parientes colaterales y directos, llevándoles mates de alimentos, derramando chicha y poniendo hojas de coca en las bocas de las momias. También a sacrificarles cuyes y llamas. En la costa, en camio, las momias eran sepultadas bajo tierra y arena en posición de cúbito dorsal o fetal; pero dispuestos en tal forma que la cámara funeraria, holgada, no aplastara al muerto, para evitar que padeciera con el peso de tanto material encima. Se acondicionaba un tubo de caña para conectar la boca del cadáver con la superficie exterior para verterle chicha ritual en las fechas que tenían acostumbradas. 



Los pueblos aymaras conservaban a sus muertos ilustres sobre el suelo, alrededor de los cuales construían unos mausoleos de piedra y/o tierra dura que recibían la denominación de chullpas y pucullos. En a cultura Chachapoyas, a los nobles se les enterraba con pintorescas urnas funerarias hechas de arcilla, pero con apariencia de cuerpos humanos, incluyendo una cabeza. Urnas a las cuales colocaban en altas cuevas u oquedades, cuyas vías de acceso las destruían totalmente, para eludir su profanación. Enterrar a un noble bajo el suelo entre los chachas era signo de desprecio. 
El muerto de la costa era enterrado conservando los mismos gestos con que había fallecido. Por lo demás las tumbas constituían lugares sagrados; y las momias de los antepasados seres sacralizados, acudiendo a ellas para solicitarles buenas cosechas y aguas, o la detención de éstas cuando se excedían.






Como se advierte, existían dos categorías principales de culto: el divino y funerario. Con respecto a lo funerario, las momias debían ser cuidadas y conservarlas, visitarlos por lo menos una vez al año para cambiarles de vestimenta y sacarlos para llevarlos cargados, las espaldas o sobre una parihuela, procesionalmente rumbo a la comunidad para danzar con el cadáver. Pensaban que con aquel rito contribuía a dar bienestar y eternidad al ayllu. Un oficiante exprofesamente encargado hacía recordar las fechas y el compromiso intangible de llevarles alimetos y bebida: un deber ineludible de los hijos y de los descendientes. La preservación y culto de las momias de los runas o gente común no demandaba tanto servicio y gasto como la de los sapaincas y grandes curacas.

El esmero y precaución que ponían en los cadáveres es prueba en que creían en la vida sobrenatural. Se imaginaban que los muertos seguían sintiendo casi todos los problemas y necesidades que los seres vivos. Además daban por hecho de que sus espíritus o camascas, por ser tan numerosas las defunciones a lo largo de la vida y trayectoria de los ayllus y etnias, ya no tenían como caber en el mundo de los muertos, por falta de tierras y de viviendas para todos. Suponían también que los camascas se agrupaban en ayllus, al igual que los jatunrunas vivos. 

En los Andes, el espacio o recinto de los camascas estaba aquí mismo, en la caypacha; unos paraban en campos floridos y otros en cumbres nevadas, a los cuales, para llegar a los citados camascas tenían que caminar por trochas y puentes llenos de dificultades y obstáculos; dicha vía, además, era oscura, pudiendo vencerla solo gracias a un perro-guía, de preferencia negro, animalito que tenía la facultad de ver a los camascas en la noche. Como resultado de tal creencia mataban un perro durante los funerales. Los que tenían ganado sacrificaban una llama, para que el "alma" del citado auquénido ayudara a transportar la carga del muerto.
En la costa, estaban persuadidos que las almas iban a descansar en las islas ubicadas frente a sus playas, en la mamacocha o mar. 

En el Chinchaysuyu estaban seguros de que las almas se alejaban de los cadáveres a los cinco días del fallecimiento. Y después, una vez por año, en el mes que conmemoraban a sus difuntos (noviembre), visitaban las casas de sus parientes vivos tomando la forma de moscones que, durante el vuelo, emitían un suave y característico zumbido. EL hecho explica por qué no mataban a dichos animalitos.
Si el culto de los ancestros determinó la conservación del cadáver, lógicamente que su preservación generó la técnica de la momificación. A veces extraían las visceras y el cerebro. Lo restante les resultaba fácil merced a las condiciones ecológicas de los Andes y la Costa, en la primera por el gélido frío de las mesetas, y en la segunda por la sequedad de los arenales salitrosos. Las vísceras acostumbraban a enterrarlas en los sitios donde habían nacido, de preferencia en el punto donde sus madres los arrojaron al mundo el día del parto. 

Creían también en el Sapainca muerto, podía sobrevivir en una estatua, a la que se le reputaba su segundo cuerpo. La mencionada efigie recibía el nombre de guaoqui o huaoqui, a la que se adicionaba el nombre del soberano a quien simbolizaba y encarnaba, para ellos la estatua tenía vida. El culto que practicaba cada panaca en torno a ellas, garantizaba su supervivencia.

Fuente: Los Incas de Waldemar Espinoza

miércoles, 16 de diciembre de 2015

los incas

  • Manco Cápac: Fundador de la ciudad del Qosqo. Construyó el Inticancha      (primer templo del sol).
  • Sinchi Roca: Fue el primero en usar la mascapaicha
  • Lloque Yupanqui: Su nombre significaba «Zurdo memorable».
  • Mayta Cápac: Llamado «el Hércules Andino».
  • Cápac Yupanqui: Se cree que muere envenenado, pues a su muerte hay un cambio dinástico.
  • Inca Roca: Primer inca de la dinastía Hanan Qosqo, que reemplazó a la dinastía Hurin Qosqo en el poder tras la muerte de Cápac Yupanqui. Se dice que fue el fundador del Yachay huasi (Casa del saber).
  • Yahuar Huaca: «El que llora la sangre». Secuestrado de niño por una tribu enemiga de los incas (los ayarmarcas), lloró chorros de sangre, lo que asustó a sus secuestradores, quienes lo devolvieron ileso. Fue muerto a garrotazos por los condesuyos.
  • Huiracocha: Último inca de la casta sacerdotal. Durante su reinado se produce la invasión chanca al Cusco. Huiracocha escapó de la ciudad con su heredero, Inca Urco, en lugar de defenderla.
  • Pachacútec: Su llegada al poder representa el ascenso de la casta militar frente al grupo sacerdotal. Llamado inicialmente Cusi Yupanqui, asumió el mando y la defensa de la ciudad del Cusco ante la huida de su padre Huiracocha frente a los invasores chancas. Logró derrotarlos, coronándose Inca y cambiándose de nombre a Pachacútec: «El que transforma la tierra». Con él se inicia la expansión imperial incaica. Se le considera fundador y organizador del Tahuantinsuyo. Implantó el culto al Sol (Inti). Fundó el Coricancha (Templo del Sol). Creó el sistema de mitimaes, derrotó a los chancas, conquistó a los reinos huancas, chimúes y los cajamarcas, entre otros.
  • Túpac Yupanqui: Considerado el mayor genio militar entre los incas. Buena parte de sus conquistas (la del Collao y la del Gran Chimú) las realizó durante el reinado de su padre, Pachacútec, en su calidad de general y auqui (príncipe heredero). Siendo ya inca llegó hasta el límite sur del Imperio (río Maule). Por el Norte, Túpac Yupanqui emprendió un viaje marítimo hasta unas islas, a las que él llamó Ahuanchumbi y Ninanchumbi. Algunos piensan que en este viaje pudo llegar hasta la Polinesia. Creó a los yanaconas (siervos).
  • Huayna Cápac: Llegó hasta la frontera norte del Tahuantinsuyo (río Ancasmayo). Durante su reinado tuvo que sofocar rebeliones de los pueblos conquistados por los incas. El Tahuantinsuyo estaba en crisis. Durante su reinado, Francisco Pizarro llegó a las costas peruanas, en su segundo viaje. Antes de morir, designó como sucesor a Ninan Cuyochi, pero como este murió casi al mismo tiempo que el Inca, su padre, se ciñó la mascapaicha el príncipe Huáscar.
  • Guerra civil entre Huáscar y Atahualpa: Convirtiendo a Huascar como el heredero del Imperio; mas cuando solicitó la presencia de su hermano Atahualpa que vivía en el norte, éste no se presentó, desarrollándose así muchas intrigas y celos contra Atahualpa; llevándose a cabo, de esta manera, la guerra que tuvo varias batallas, como Tumipampa y Quepaypampa venciendo al final Atahualpa.
Resistencia andina
  • Manco Inca: Al ser derrotado en su intento de tomar el Cusco y al no poder vencer a los españoles en Lima, Manco Inca decidió retirarse a la selva de Vilcabamba, para continuar la resistencia, sin embargo, aquí el Inca cometió otro gravísimo error que le costaría la vida. A Vilcabamba llegó un español llamado: Alonso de Toro (este español era un almagrista, que se escondía de los seguidores de Pizarro que lo querían matar). Alonso de Toro se hizo amigo de Manco Inca y en el año 1545, en medio de una conversación en la noche, asesinó con un cuchillo al Inca. De esta manera murió Manco Inca, por el error de creer que un español podía ser su amigo. 
  • Sayri Túpac: Hijo de Manco Inca, siguió en Vilcabamba, pero llegó a un pacto con el virrey Hurtado de Mendoza. Sayri Túpac abandonó Vilcabamba y se fue a vivir al valle de Yucay, donde tuvo muchas propiedades que le dieron una forma bastante acomodada para vivir. Existen dos ideas sobre la actitud de este Inca:
  1. LA PRIMERA: Es un traidor a la causa inca, que desertó por mejores condiciones de vida. Por lo tanto, es el mejor ejemplo de cómo una persona se aleja de una causa a cambio de privilegios.
  2. LA SEGUNDA: Que el Inca simplemente fue pragmático, de que tuvo una conducta lógica, al darse cuenta de que la causa ya estaba perdida, y que los incas nunca más iban a poder dirigir el Perú, por lo tanto, buscó la mejor forma de acomodarse a tal situación.

Nota: Es difícil criticar a un personaje histórico cuando se encuentra en medio de una situación difícil. Muchos universitarios criticarían a Sayri Túpac, pero ¿cuál es la actitud natural de una persona cuando las condiciones son demasiado adversas?, ¿qué actitud toman la mayoría de las personas?, ¿no es verdad que muchas personas desertarían en tales situaciones? También es claro que son muy pocas las personas que realmente mantendrían su actitud hasta las últimas consecuencias. 
De esta manera, Sayri Túpac, que tenía el título de Inca, más que Inca, fue un hombre común que actuó como tal; su conducta no fue heroica sino pragmática y utilitaria. Definitivamente, no es un ejemplo a seguir para los peruanos en la actualidad.
  • Titu Cusi Yupanqui: Fue el hermano de Sayri Túpac y decidió quedarse en Vilcabamba y continuar la guerra contra los españoles. En el año 1566 firmó la capitulación de Acobamba, por la cual un grupo de curas podría ingresar a Vilcabamba para catequizar a los indígenas. El Inca murió de extraña enfermedad, muchos acusaron a los curas de haber envenenado a Cusi Yupanqui, razón por la cual los curas fueron torturados y asesinados. ¿Fueron los curas los que asesinaron a Titu Cusi Yupanqui? Esa es una respuesta que nunca se sabrá; algunos investigadores declaran que el Inca murió de pulmonía, lo cierto es que los misioneros sufrieron una terrible muerte por parte de los habitantes de Vilcabamba, y el odio hacia los españoles se exacerbó.
  • Túpac Amaru I: Hijo de Manco Inca, fue pro-clamado Inca a la muerte de su hermano Titu Cusi Yupanqui; recibió en forma constante invitaciones del virrey para que aceptara rendirse y así regresar al Cusco, donde se le darían tierras y títulos españoles, pero el Inca no aceptó y le declaró la guerra a los españoles. Tenía conciencia de la situación cada vez más poderosa de los españoles, sin embargo decidió morir en su línea de lucha contra la ocupación europea del Tahuantinsuyo. La ejecución de Túpac Amaru I, acabó con la resistencia de Vilcabamba. Túpac Amaru I es el símbolo del líder que no se rinde y lucha hasta dar la vida por su propia nación. Fue capturado por órdenes del virrey Francisco de Toledo en el año 1572, el virrey lo llevó al Cusco y lo ejecutó. La hija de Túpac Amaru I fue Juana Pilco Huaco, cuyo nieto fue José Gabriel Condorcanqui, conocido como Túpac Amaru II.

domingo, 28 de junio de 2015

El hombre de Huaca Prieta en el Precerámico

Utilizando los valles, estos hombres fueron bajando a la costa y comenzaron a explotar el mar y sus productos sin abandonar la caza, y eventualmente se fueron quedando a lo largo del litoral. 


En estos asentamientos, la caza se convirtió en una actividad económica secundaria mientras la pesca, el marisqueo y la matanza de lobos marinos la fueron reemplazando. Al mismo tiempo el hombre continuó utilizando crecientemente las plantas domésticas y hacia fines del precerámico se alimentaba de todas las que encontraron los europeos cuando llegaron al Perú. 

En 1946, el arqueólogo  Junius Bird descubrió el primer depósito precerámico en un oscuro montículo llamado Huaca Prieta, al norte del poblado del Virú en el litoral del valle de Chicama en la región de La Libertad.
La antigüedad de este hallazgo conmocionó la estructura de la cronología arqueológica peruana, cuyo inicio hasta entonces se ubicaba alrededor de 1000 años a.n.e. fecha que correspondía al Horizonte Temprano representado por la cultura Chavín.
En Huaca Prieta no solo encontraron objetos tallados en piedra sino también que gracias a las condiciones climáticas del desierto, se descubrieron restos de comida: pallares, zapallo, calabaza, frijoles, etc. 
Otro de los notables hallazgos fueron los primeros textiles en algodón. Estos han sido definidos como una muestra del mayor arte textil del periodo precerámico. Por otro lado, los investigadores han encontrado semejanzas entre su iconografía y la enocntrada posteriormente en la cultura Chavín. 
El descubrimiento de Huaca Prieta no solo fue un hito en la arqueología peruana, sino también en la historia de América en general. A partir de su investigación se obtuvo información del periodo precerámico y de sus habitantes que vivieron alrededor del 2500 a.n.e.


lunes, 18 de mayo de 2015

Mama Huaco, la guerrera

En la cultura inca, la mujer ocupó un lugar medular, pues formó parte del binomio masculino-femenino que no solo rigió la vida cotidiana, sino también sus políticas y religiosidad. Este factor fue recogido en los mitos fundacionales, como es el caso de la leyenda de los hermanos Ayar, en la que se le atribuyó a Mama Huaco un rol primordial. 


Siguiendo la cosmovisión dual incaica, su figura se construye en oposición a la de Mama Ocllo-más vinculada a la función de liderazgo y caracterizada como maternal (aparece como madre del inca sinchi roca), en cambio Mama Huaco aparece como la mujer guerrera. 
En varias crónicas que relatan la leyenda de los ocho hermanos, Mama Huaco es representada con características masculinas: de gran fortaleza y destreza en el manejo del haybinto o boleadora, estratega y comandante de su propio ejército durante la campaña conquistadora de Acamama, donde su ferocidad hizo que los pobladores que se resistían a la ocupación huyesen, lo cual permitió que Ayar Manco y los suyos tomaran el territorio. Sin embargo, la feminidad también se hace presente en su figura a través de su disposición para la hechicería y adivinación, muy vinculada al mundo femenino durante el incario. 

Relacionada con la fundación del Cusco por su espíritu guerrero, hay una versión recogida en kas crónicas de Sarmiento de Gamboa que inclusive la señala a ella, y no a Ayar Manco, como la encargada de cargar la vara de oro que indicaría el lugar donde la familia y sus seguidores habrían de asentar sus dominios.
El cronista Felipe Huamán Poma de Ayala, señala a Mama Huaco no como una hermana de Manco Cápac, sino como su madre y esposa. La mujer no juega en este aspecto un rol transgresor, como lo es el de la mujer varonil, puesto que en el caso de los principales mitos fundacionales incas no figura la prohibición del incesto, una tradición más bien occidental. 
Varias son las versiones de los orígenes de la fundación del Cusco-coinciden en algunos puntos y difieren en otros-; pero en todas, este audaz personaje ocupa un papel destacado que se aleja de la pasividad del resto de sus hermanas. 

domingo, 17 de mayo de 2015

los primeros incas


Hacia fines del siglo XI e inicios del siglo XII se asentó en la región de los Killkes (actual provincia de Paruro) un grupo humano que constituyó un modesto señorío, con dominio sólo sobre los valles y montañas cercanas.
Se dice que este grupo había emigrado del Altiplano. A este desplazamiento tal vez se refieren las leyendas. Pero el caso es que en el siglo XII tenemos un señorío en la parte alta del Cusco; a este lapso corresponderían el gobierno de Manco Cápac y el de Sinchi Roca.

 El nombre de Manco Cápac se pierde entre lo legendario y lo histórico, al igual que el de su hermana-esposa Mama Ocllo. A Manco Cápac se le atribuye la construcción de la primera residencia de los incas o Inticancha. Hijo de esta pareja fue Sinchi Roca, el primero en ceñirse la Mascapaicha. Se dice que este no conquistó territorios y que bajo su gobierno se canalizó el río Huatanay.

El período curacal o de los comienzos nos habla de un pequeño y agresivo curacazgo. Los dos primeros incas-Manco Cápac y Sinchi Roca-fueron siempre caudillos militares o sinchis que también usaban el título de cápac, siendo en realidad meros curacas o caciques. Lo evidente es que tales jefes invadieron el valle del Cusco y por medio de las armas derrotaron a los habitantes originarios. Aunque algunos investigadores asumen que estos primeros incas son irreales; los datos, la tradición indígena y el hecho que nadie haya podido probar su falsedad, nos lleva a creer en la autenticidad de ambos personajes. Además la momia de Sinchi Roca ha sido hallada por los españoles a mediados del siglo XVI.




Imagen de Manco Cápac con su hijo Sinchi Roca, por Martín deMurúa [1590: f. 21]. (Cortesía de The J. GettyMuseum, Los Ángeles, © J. Paul GettyMuseum.)

Cápac cuna

La Cápac cuna-de cápac, "señor, poderoso", y cuna, sufijo de plural, vale decir, "los señores"-fue la lista de los reyes incas. Vino a representar algo así como su árbol genealógico, pero no lo fue exactamente, en tanto que la nómina no siempre indicó sucesión de padres e hijos.



Esta Cápac cuna ha conservado la memoria de 13 incas y los presenta divididos en dos dinastías: los cinco primeros pertenecían a la dinastía Hurin Cusco y moraron en el Inticancha o primer templo del Sol, asentado en la parte baja de la capital: los ocho restantes formaron la dinastía Hanan Cusco, por residir en la parte alta de la ciudad donde cada uno levantó su particular palacio de morada. De estos últimos, Atahualpa no llegó a pisar el Cusco con la mascapaicha ceñida, por lo que se le considera gobernante de hecho mas no derecho, pero por ser hijo de Huayna Cápac se le considera integrante de la segunda dinastía.

Aunque Inca Urco y Amaru Yupanqui gobernaron, lo hicieron en calidad de correinantes, sin llegar a regir independientemente; por esta razón la cápac cuna los considera incas. 

La auténtica enumeración de los incas se pierde en la leyenda, la lista del Cápac cuna sería la siguiente: 

Hurin Cusco

1. Manco Cápac.
2. Sinchi Roca 
3. Lloque Yupanqui
4. Mayta Cápac
5. Cápac Yupanqui

Hanan Cusco

6. Inca Roca
7. Yahuar Huacac 
8. Huiracocha
9. Pachacútec
10. Túpac Yupanqui
11. Huayna Cápac
12. Huáscar
13 Atahualpa


domingo, 28 de diciembre de 2014

Los reinos aymaras

Se desarrollaron en las inmediaciones del lago Titicaca (altiplano) Su influencia llegó hasta el mar del Pacífico a las actuales regiones de Arequipa, Moquegua, Tacna en Perú y los valles del norte de Chile hasta Antofagasta. Por el norte y oriente hasta las selvas bolivianas y por el sur llegaron hasta el noroeste argentino. 



El altiplano estimuló el desarrollo de una economía basada en el pastoreo de llamas y alpacas y en los cultivos de altura como la papa.
La zona en donde se desarrollaron los reinos aymaras esta dividida en dos grandes regiones: Urcusuyo y Umasuyo.

Urcusuyo: Era la zona oeste del lago Titicaca, las tierras altas.
Umasuyo: Era la zona este del lago Titicaca, las tierras bajas. 

De esta manera el lago era una zona de intermediación. Alrededor se ordenaban 16 reinos aymaras. Cada uno de ellos pertenecía a la región Umasuyo o Urcusuyo.


Los aymaras practicaron el control vertical de los pisos ecológicos. Para obtener recursos de diferentes alturas fundaron colonias en diferentes pisos climáticos. Estas colonias también tendrían que ser consideradas dentro del territorio denominado por los aymaras. Las colonias del lado occidental recibían el nombre de Alla-yungas y las del lado oriental eran conocidas como las Mancas-yungas.
Dentro de estos reinos los más importantes fueron los Collas (capital Hatuncolla) y los Lupacas (capital Chucuito) Estos dos reinos estuvieron en constante rivalidad. 
Los reinos aymaras son contemporáneos las culturas chimú, Chincha y los Incas. Los reinos aymaras fueron herederos de las culturas Pucará y Tiawanaku.

Una de las manifestaciones de arquitectura funeraria son las chullpas, que fue una costumbre que comenzó después del florecimiento de los tiawanaku, y que se mantuvo incluso después de la invasión española.
Las chullpas más conocidas son las de Sillustani, a 20 km del lago Titicaca. Construidas en piedra, podían adoptar una forma cuadrada o cilíndrica. Alcanzan hasta 12 mts de altura. El fardo funerario se colocaba al interior de la chullpa. Una pequeña puerta abierta a flor de tierra permitía el ingreso a la torre. Se dice que fueron sepultados ahí los jefes collas. 



El gobierno de los reinos aymaras era dual, por ejemplo los reyes lupacas eran dos. Uno recibía el nombre de Cari y el otro el de Cusi. Como en otras sociedades, debajo de los reyes se encontraba la nobleza. La nobleza lupaca tuvo por encargo el mando de cada una de las provincias. A su servicio estaban dos sectores sociales:
  • Los mitani: Debían trabajar ciero número de días del año. La figura de los mitani es muy parecida a la de los mitayos incas.
  • Los yana: Eran servidores de la nobleza de por vida. 


Estas poblaciones tuvieron una fuerte organización militar, prueba de ello son sus fortificaciones de los pueblos y el hecho de que escogían lugares para construir sus ciudades. 

Los aymaras vivían de dos actividades:

  • La ganadería: Basada en la explotación de la llama y alpaca, las cuales le proporcionaban lana y carne (charqui). En los reinos aymaras se encontraba la más grande concentración de auquénidos de toda la región andina.
  • Agricultura: Basada en el cultivo de la papa, llegándose a conocer más de 200 variedades. El tipo de clima de la región altiplánica (frío extremo y sequedad) favoreció el desarrollo de técnicas de conservación de alimentos, como la elaboración del chuño (papa deshidratada) y el charqui (carne de llama deshidratada). Otros alimentos eran deshidratadas como la Oca y las frutas. De este modo los aymaras podrían conservar sus alimentos por mucho tiempo. 


los reinos aymaras sobrevivieron hasta que fueron conquistados por los incas en el siglo XVI. Estos reinos mantuvieron su organización durante el imperio incaico y durante los primeros años de la invasión española. 

jueves, 6 de marzo de 2014

Outsiders y democracia en el Perú









Durante la década de 1980, llegaron al poder dos partidos políticos tradicionales: Acción Popular (AP), aliado con el Partido Popular Cristiano (PPC) en 1980 y la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) en 1985. 
En la década siguiente aparecieron los llamados "outsiders", personajes ajenos a la política que buscan alcanzar el poder a partir de un discurso populista que engancha con los sectores más pobres del país. Los outsiders surgieron en 1989, con el triunfo de Ricardo Belmont en las elecciones para la alcaldía de Lima. La presencia de los outsiders se debe al desgaste de los partidos políticos tradicionales, la inexistencia de alternativas que expongan una agenda de gobierno y el alejamiento de los profesionales de la política. Alberto Fujimori Fujimori, ingeniero y antiguo rector de la Universidad Agraria La Molina, típico outsider, alcanzó la presidencia en 1990. Ante su inesperada victoria improvisó un equipo de trabajo y un plan de gobierno. No pertenecía ni había militado antes en ninguna agrupación política. Mediante una alianza con el ejército y con la colaboración de sectores de derecha, implantó una dictadura civil revestida de legalidad y un régimen corrupto hasta el año 2000. Tras un gobierno de transición a cargo de Valentín Paniagua, de Acción Popular, en el 2001 subió a la presidencia Alejandro Toledo, un nuevo outsider que mantuvo una línea neoliberal en la economía, aunque con más acción social. En el 2006 salió elegido presidente por segunda vez Alan García, que si bien no fue un gobierno desastroso como el de 1985, no obtuvo los resultados que la población peruana deseaba. 


Fuente: Historia Universal Santillana                Tomo 14

jueves, 7 de mayo de 2009

El hombre de Toquepala

 

Copyright @ 2013 Aprenda historia de la humanidad.