Un inquietante informe llegó a la capital azteca de Tenochtitlán en 1518. Arriba de la costa del Golfo de México Pínotl informa al rey Moctezuma que desde el mar aparecieron unas torres alados que llevan los hombres con las caras blancas y barbas abundantes.
Pínotl se había comunicado con estos hombres por signos y había intercambiado regalos con su líder. Antes de partir, los misteriosos visitantes habían prometido ( Pínotl interpreta sus gestos) para volver pronto y visitar Moctezuma en su ciudad en las montañas. Registros aztecas coinciden en que la noticia llenó de consternación Moctezuma. ¿Podría el líder de estos extranjeros será el redentor del dios Quetzalcóatl, volviendo a recuperar su reino perdido? Según una fuente azteca, Moctezuma exclamó: "Ha aparecido! Ha vuelto! Él vendrá aquí, al lugar de su trono y canopy, porque eso es lo que prometió cuando se fue! "
Las "torres aladas" eran las naves del capitán español Juan de Grijalva, enviados por el gobernador Diego Velázquez de Cuba para explorar las costas que la expedición de caza de esclavos de Francisco Hernández de Córdoba (1517) que había descubierto. Córdoba había desembarcado en la península de Yucatán, que fue habitada por los pueblos mayas, cuyos mantos de algodón y plumas brillantes, pirámides de piedra, templos y ornamentos de oro revelado una cultura nativa mucho más avanzada que cualquiera de los españoles habían encontrado hasta entonces.
Córdoba sufrió una desastrosa derrota a manos de los mayas y regresó a Cuba donde murió a causa de sus heridas. Trajo suficiente oro y otros signos de riqueza, sin embargo, para alentar a Velázquez a equipar una nueva empresa, tuvo que llevar a su pariente Juan de Grijalva.
Grijalva zarpó de Santiago en abril de 1518 y, siguiendo la ruta de Córdoba, llegó a los límites del imperio de Moctezuma, donde fue recibido por los nativos que agitaban banderas blancas e invitarles por signos a que se acerquen. La embarcación de Grijalva fue abordado por el funcionario azteca Pínotl, cuyo informe era causar mucha consternación en Tenochtitlán. Desarrolló un activo comercio, con el oro los aztecas realizaron el trueque por los granos verdes españolas. Grijalva ahora estaba convencido de que había llegado a un reino rico y de grandes ciudades. Cerca del actual puerto de Veracruz, Grijalva envió Pedro de Alvarado a Cuba con el oro que había ganado por medio del trueque. Alvarado informó a Velázquez lo que se había logrado, solicitar autorización para fundar una colonia, y buscar refuerzos. Grijalva navegó con otros tres buques, tal vez hasta el río Pánuco, que marcó los límites septentrionales del Imperio Azteca. Luego se dio la vuelta y volvió a su curso, llegando a Cuba en noviembre de 1518.
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