Dentro de los imperios coloniales fue Inglaterra el país que tuvo más logros, llegando a ser la primera potencia europea a finales del siglo XIX. Otros importantes imperios coloniales fueron Francia, Italia y Alemania; también tuvieron importantes colinias España, Portugal, Países Bajos, Bélgica y Rusia. Los principales territorios de interés de estos países estuvieron ubicados en tres continentes: África, Asia y Oceanía.
El imperio Inglés: Fue el más importante de todos, logrando su apogeo durante el gobierno de la reina Victoria I. En algún momento llegó a poseer la quinta parte del planeta y tener bajo su dominio a la cuarta parte de la población mundial. Inglaterra poseía territorios en África, Asia, América y Oceanía. La gran extensión inglesa fue lograda a través de conquistas militares y de trato diplomático. La administración de los dominios británicos tuvo como rasgos principales la flexibilidad de su organización (protectorados, concesiones y colonias) y el acoplamiento económico, político y cultural de sus territorios, posibilitando así su adaptación bajo distintos contextos.
El imperio Francés: Francia fue la segunda potencia imperial colonialista europea. Trató de expandir sus dominios, luego de las derrotas y pérdidas de territorios que sufrió en años anteriores, predominando en sus políticas colonialistas un gran interés político, que giraba en torno a un claro sentido nacionalista. El imperio colonial francés ocupó importantes zonas territoriales en África, Asia y América. En términos generales los dominios de Francia no tuvieron la influencia política ni el respeto cultural que alcanzaron los ingleses. Éstos fueron administrados generalmente mediante protectorados.
El imperio Alemán: Debido a su proceso de unificación, surgió de manera tardía en 1888, con el gobierno de Guillermo II, quien realizó reformas en su política internacional, destinadas a transformar su país en una potencia imperial colonialista. Alemania poseía territorios en África y Oceanía. Los dominios alemanes fueron administrados en un primer momento a través de concesiones a compañías, pero al no conseguir una fuerte organización y desarrollo económico fueron reemplazadas por el control directo del llamado "Ministerio de las Colonias", que logró un mayor beneficio.
El imperio Italiano: Al igual que Alemania, se inició tardíamente por su proceso de unificación, pero a diferencia de ésta no logró desarrollar una ´política colonialista y expansionista eficaz. Además su situación económica no era tan saludable como la de otras potencias europeas. Los italianos tuvieron sólo dominio en África. Estas posesiones no le brindaron a Italia la prosperidad económica y la estabilidad política que alcanzaron sus vecinos europeos.
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