La historia del Tawantinsuyu ha sido recogido por los cronistas españoles a través de mitos.
Dos mitos han sido los más representativos.
Leyenda de los hermanos Ayar
Escrito por Juan de Betanzos (1510 - 1570), éste al casarse con una noble cusqueña, aprendió el runasimi (quechua) y sirvió de intérprete. Así pudo recoger la historia de los hermanos Ayar.
Cuatro hermanos y sus respectivas mujeres vivían en Pacaritampu, a siete leguas del Cusco, y en ese mismo lugar había un cerro denominado Tamputoco que significa albergue de ventanas, estos cuatro hermanos se llamaban.
Ayar Manco - Mama Ocllo
Ayar Auca - Mama Guaco
Ayar Cachi - Mama Cura
Ayar Uchu - Mama Ragua
Un día los hermanos y sus mujeres salieron de una de las tres ventanas del cerro Tamputoco y se dirigieron hacia el norte, para civilizar a los hombres y hacer producir la tierra. Llevaban consigo maíz, utensilios y vestidos adornados de oro.
Cerca del Cusco, uno de los hermanos, Ayar Cachi que era el más fuerte subió a una montaña y con su honda comenzó a lanzar piedrasa los cuatro horizontes, abriendo vales y quebradas, estos hechos provocaron la envidia de sus hermanos quienes idearon un plan para eliminarlo.
Con engaños lo hicieron entrar a una cueva tapando la entrada pero Ayar Cahi con la fuerza que lo caracteriza retumbó la tierra logrando salir, le habían crecido alas y voló hacia el dios Sol para pedir consejos. A su regreso perdonó a sus hermanos y les dió consejos, luego se transformó en piedra convietiéndose en protector de sus hermanos.
Al proseguir hacia el Cusco en el trayecto Ayar Uchu voló al cielo y a su regreso también se transformó en piedra, Ayar Auca desapareció en el camino.
Al final sólo Ayar Manco se dirigió hacia el Cusco. Al llegar allí fue recibido por Alcavisa, señor de ese pueblo, quien le rindió homenaje porque lo consideraba hijo del Sol , viendo el oro que traía.
Ayar Manco ya con el nombre de Manco Cápac ordenó sembrar maíz que había traído y mandó construir el templo del Sol o Coricancha. Los cusqueños adoradores de Wiracocha, creador de la tierra y los hombres ya tenían un nuevo dios Sol.
Leyenda de Manco Cápac y Mama Ocllo
Esta crónica fue escrita por el Inca Garcilazo de la Vega (1539 - 1616) cuyo verdadero nombre fue Gómez Suárez de Figueroa, notable escritor cusqueño mestizo, considerado el primer historiador del Perú, relató el mito de Manco Cápac y Mam Ocllo en su famoso libro los Cometarios reales de los incas. Este libro fue inspirado en relatos de su familia de generación en generación.
Hace mucho tiempo atrás lo s hombrex vivía nen uns estado salvaje .
Un día, el dios Sol se apiadó de ellos enviando a sus dos hijos para que civilizaran a los hombres.
Es así que Surgieron del lago Titicaca Manco Cápac y Mama Ocllo Guaco que erqan hermanos y esposos a la vez el dios Sol les ordenó a que se dirigieran al lugar que eligierna, pero les advirtió que, toda vez que descansaran para comer o dormir, debían incar el suelo con un cetro de oro que el dios Sol les había dado, hasta hundirlo todo de un solo golpe; allí debían fundar el imperio.
El cetro de oro se hundió en el cerro llamado husnscaui. Manco Cápac y Mama Ocllo por voluntad de su padre el dios Sol convocó a los pobladores del lugar y comenzó a enseñarles lo que él y su mujer sabían. La población los aceptó como hujos del Sol por sus lujosos vestidos y por las sabias palabras que decían.
Manco Cápac enseñaba a los hombres a cultivar la tierra, sembrar semillas y legumbres, a fabricar instrumentos de labranza, a edificar sus aldeas y a construir acequias.
Mama Ocllo enseñaba a las mujeres a hilar y tejer algodón y la lana; a hacer vestidos y a realizar otras tareas importantes del hogar.
Manco Cápac se llevó a un grupo de persoans a poblar Hanan Cusco y Mama Ocllo hizo lo mismo se llevó a un grupo de persoans a poblar Urin Cusco, Así fundaron la ciudad imperial a la que llamaron Cusco (Qosco), que quiere decir ombligo del mundo.
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