domingo, 28 de diciembre de 2014

Los reinos aymaras

Se desarrollaron en las inmediaciones del lago Titicaca (altiplano) Su influencia llegó hasta el mar del Pacífico a las actuales regiones de Arequipa, Moquegua, Tacna en Perú y los valles del norte de Chile hasta Antofagasta. Por el norte y oriente hasta las selvas bolivianas y por el sur llegaron hasta el noroeste argentino. 



El altiplano estimuló el desarrollo de una economía basada en el pastoreo de llamas y alpacas y en los cultivos de altura como la papa.
La zona en donde se desarrollaron los reinos aymaras esta dividida en dos grandes regiones: Urcusuyo y Umasuyo.

Urcusuyo: Era la zona oeste del lago Titicaca, las tierras altas.
Umasuyo: Era la zona este del lago Titicaca, las tierras bajas. 

De esta manera el lago era una zona de intermediación. Alrededor se ordenaban 16 reinos aymaras. Cada uno de ellos pertenecía a la región Umasuyo o Urcusuyo.


Los aymaras practicaron el control vertical de los pisos ecológicos. Para obtener recursos de diferentes alturas fundaron colonias en diferentes pisos climáticos. Estas colonias también tendrían que ser consideradas dentro del territorio denominado por los aymaras. Las colonias del lado occidental recibían el nombre de Alla-yungas y las del lado oriental eran conocidas como las Mancas-yungas.
Dentro de estos reinos los más importantes fueron los Collas (capital Hatuncolla) y los Lupacas (capital Chucuito) Estos dos reinos estuvieron en constante rivalidad. 
Los reinos aymaras son contemporáneos las culturas chimú, Chincha y los Incas. Los reinos aymaras fueron herederos de las culturas Pucará y Tiawanaku.

Una de las manifestaciones de arquitectura funeraria son las chullpas, que fue una costumbre que comenzó después del florecimiento de los tiawanaku, y que se mantuvo incluso después de la invasión española.
Las chullpas más conocidas son las de Sillustani, a 20 km del lago Titicaca. Construidas en piedra, podían adoptar una forma cuadrada o cilíndrica. Alcanzan hasta 12 mts de altura. El fardo funerario se colocaba al interior de la chullpa. Una pequeña puerta abierta a flor de tierra permitía el ingreso a la torre. Se dice que fueron sepultados ahí los jefes collas. 



El gobierno de los reinos aymaras era dual, por ejemplo los reyes lupacas eran dos. Uno recibía el nombre de Cari y el otro el de Cusi. Como en otras sociedades, debajo de los reyes se encontraba la nobleza. La nobleza lupaca tuvo por encargo el mando de cada una de las provincias. A su servicio estaban dos sectores sociales:
  • Los mitani: Debían trabajar ciero número de días del año. La figura de los mitani es muy parecida a la de los mitayos incas.
  • Los yana: Eran servidores de la nobleza de por vida. 


Estas poblaciones tuvieron una fuerte organización militar, prueba de ello son sus fortificaciones de los pueblos y el hecho de que escogían lugares para construir sus ciudades. 

Los aymaras vivían de dos actividades:

  • La ganadería: Basada en la explotación de la llama y alpaca, las cuales le proporcionaban lana y carne (charqui). En los reinos aymaras se encontraba la más grande concentración de auquénidos de toda la región andina.
  • Agricultura: Basada en el cultivo de la papa, llegándose a conocer más de 200 variedades. El tipo de clima de la región altiplánica (frío extremo y sequedad) favoreció el desarrollo de técnicas de conservación de alimentos, como la elaboración del chuño (papa deshidratada) y el charqui (carne de llama deshidratada). Otros alimentos eran deshidratadas como la Oca y las frutas. De este modo los aymaras podrían conservar sus alimentos por mucho tiempo. 


los reinos aymaras sobrevivieron hasta que fueron conquistados por los incas en el siglo XVI. Estos reinos mantuvieron su organización durante el imperio incaico y durante los primeros años de la invasión española. 

martes, 23 de diciembre de 2014

Los tejidos Paracas

Uno de los grandes aportes de la cultura Paracas es sin duda la textilería, tanto por su belleza como por su perfección en las técnicas empleadas. 
Los tejidos de la cultura Paracas, considerado entre los más bellos del mundo, son de hilo de algodón y de lana de auquénidos. Dentro de las técnicas empleadas destacan: trama y urdimbre simple, uso del brocado y bordado, tejido de aguja, adornos de gasa, telas simples y pintadas, telas bordadas, el torcido y el trenzado. 


Trabajaron básicamente 7 colores, pero llegaron a obtener hasta 190 matices; se sabe que hay mantos que tienen hasta 22 matices. 
Los mantos miden 2.5 mts.  de largo por 1 mt. de ancho aproximadamente. Sobre telas de lana o algodón se bordan motivos en lana: seres mitológicos y motivos geométricos. La combinación de colores es perfecta. 
Hicieron piezas de indumentaria doméstica y ceremonial. Destacan: 
  • Los turbantes (Llautos)
  • Las túnicas (Unkus)
  • Los mantos (Yakollas)
  • Las faldas (Waras)


También hicieron prendas de carácter funerario, de calidades variadas. No sólo destacan algunos por su belleza; incluso los tejidos burdos destacan desde el punto de vista técnico por sus tamaños: uno medía más de 50 mts. de largo por 7 mts. de ancho.


El tejedor de Paracas sintió marcada inclinación por el algodón, blanco o leonado, que a pesar de ser difícil de teñir presentaba consistencia. Para los tejidos bordados prefirió la lana de auquénidos. 

En cuanto al tinte utilizaban a la cochinilla o magno para el color rojo, el azul con el añil lo obtenían de alguna indigófera. No ha sido posible identificar a los amarillos, aunque se sabe que son de origen vegetal, probablemente de chilca. Los verdes se conseguían sobre el añil, y para obtener otros tonos, se quebraba los colores retiñendo los hilos y las telas.
Los tintes se guardaban en bolsitas de cuero, siendo todos muy intensos. Combinándolos lograron el color celeste y el naranja, el tabaco y el índigo.  

Las figuras de estos mantos son de contorno recto y curvilíneo. Las primeras son representaciones convencionalizadas del felino y el cóndor, mostrando los felinos muchos atributos del jaguar de Chavín, y los cóndores dos cabezas, teniendo el cuerpo y las alas intervenidos por otras aves. Las figuras de contorno curvilíneo pueden dividirse en cinco series: peces, reptiles, aves, mamíferos y seres antropomorfos. Los peces tienen cabeza y cuerpo de tales pero las extremidades son de hombres y empuñan cabezas-trofeos cortadas al enemigo;  los reptiles se subscriben a la lagartija de lengua flechada que muestra a un congénere menor en su espalada; las aves aparecen picando una flor o llevando un en el pico un pescado, también las hay idealizadas, luciendo largos apéndices desprendidos del pico y con la figura emblemática del felino en el vientre; y los felinos representados en posición lateral con el rostro de frente, llevando una planta o fruto de adorno en la cabeza, el lomo o la cola. 
Las figuras antropomorfas representan a pequeños demonios o geniecillos de contornos lineados y poligonales, semidesnudos y encorvados, vistiendo un faldellín, y en la cabeza un magnifico tocado con diademas y cabelleras artificiales. Los diablillos muestran una marcada belleza, su variedad es notoria, existen mantos en que estos diablillos son muchos y todos diferentes, pero es difícil señalar cual de ellos está más artísticamente representado. 

sábado, 13 de diciembre de 2014

Los tres reinos

Las postrimerías de la época de los Han estuvieron marcadas por las intrigas y las luchas, tanto fuera como dentro de la corte. El propio emperador Han, Xiandi, sin autorización alguna que ejercer, se vio obligado a buscar apoyo y refugio en las ciudades de Changan y Louyang. Pero ya era tarde, el poder se disputaban entre los generales del ejército y los señores de las guerras locales. Uno de aquellos generales llamado Cao Cao, logró controlar el norte del imperio Han y fundó la dinastía Wei, al tiempo que establecía un reino con capital en Louyang. Consolidada su posición, Cao Cao ofreció su protección al débil emperador, a quien casó con una de sus hijas. En el año 220 d.C. un hijo de Cao Cao, Cao Pi, destronó al emperador Xiandi y tomó para sí el título de emperador, con lo que puso fin a la dinastía Han. Al año siguiente, en el Oeste, otro general, Liu Bei se autoproclamó también emperador, estableciendo la dinastía Shu Han, que originalmente tomó el nombre dinástico de Han. Por su parte, un tercer general, Sun Quan, fundó la dinastía Wu al sur, en el 223 d.C. Los gobernantes de estos tres reinos se declararon así mismos herederos legítimos de la dinastía Han. La rivalidad y tensión entre ellos era por demás evidente. En el año 263 d.C. el emperador Wei, Yuandi, logró conquistar el reino Shu Han. Sin embargo, en el año 265 fue destronado por uno de sus generales, Sima Yuan, quien se entronizó con el nombre de Wudi y fundó su propia dinastía, la de los Jin. 


 

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