El 28 de abril de 1919, las naciones vencedoras, reunidas en la Conferencia de Paz en París, aprobaron el proyecto del presidente norteamericano para el establecimiento de la sociedad. Los principios ahí establecidos constituyeron la base sobre la cual se estructuró el nuevo organismo. La sede se estableció en la ciudad de Ginebra y la primera sesión se celebró el 15 de noviembre de 1920.
El surgimiento del nuevo ente rector de la paz mundial rápidamente tropezó con varios obstáculos. Uno de los primeros ocurrió en 1920, cuando, por decisión del gobierno norteamericano, se decidió la no inclusión de los Estados Unidos en la Sociedad de las Naciones. Por otro lado, la política interna estadounidense durante la década de 1920 estuvo marcada por el aislacionismo. La no inclusión inicial de Alemania y Rusia hizo que el nuevo organismo se supeditara a las motivaciones de Inglaterra y Francia. La sociedad poco hizo para detener las radicales medidas francesas destinadas a obligar al gobierno germano el pago de las reparaciones acordadas en el tratado de Versalles. La ineficiencia del organismo internacional se evidenciaba.
Un importante factor de la ineficiencia de la sociedad de naciones fue su falta de medios coercitivos. A ello se debe sumar el período de relativa paz que se vivió en la década de 1920. Por estos años, la sociedad de naciones intervino como árbitro en diversos problemas, logrando solucionar la mayoría de ellos. Fruto de su intervención fue la firma del pacto de Locarno en 1925, entre Alemania y las potencias europeas aliadas, que consagró la inclusión de la República de Weimar al año siguiente. Pero la sociedad no pudo solucionar los acontecimientos que ocurrieron durante los próximos 10 años (1930), cuando los regímenes totalitarios empezaron a surgir por toda Europa, iniciándose la era del expansionismo y de las agresiones. Su reacción solo fue de protestas enérgicas y sanciones económicas. El estallido de la segunda guerra mundial en 1930 significó el fracaso total y el fin de este organismo internacional.
Los primeros miembros fueron: Argentina, Australia, Bélgica, Bolivia, Brasil, Canadá, Checoslovaquia, Chile, China, Colombia, Cuba, Dinamarca, El Salvador, España, Francia, Grecia, Guatemala, Haití, Holanda, Honduras, India, Italia, Japón, Liberia, Nicaragua, Noruega, Nueva Zelanda, Panamá, Paraguay, Persia, Perú, Polonia, Portugal, Rumanía, Siam, Sudáfrica, Suecia, Suiza, Reino Unido, Uruguay, Venezuela y Yugoslavia.
La sociedad de las naciones surgió con la participación de 42 países, entre aliados y naciones neutrales durante la gran guerra, mayormente de Asia y América Latina. No se consideró la inclusión de los países vencidos.
Además de su estructura interna, la sociedad contaba con entes asociados como el Tribunal Internacional de La Haya y la Oficina Internacional del Trabajo.