A medida que el imperio romano de occidente decaía fue aumentando la autonomía de los líderes francos. Hacia mediados del siglo V, los francos salios eran gobernados por Meroveo, cuyos descendientes se convirtieron en gobernantes de todos los francos bajo el nombre de "dinastía merovingia". Si bien es cierto, no se confirma la existencia de Meroveo, sí los hay para su hijo Childerico, que gobernó entre el 457 y el 482 como rey de los francos.
El principal rey merovingio fue Clodoveo (481-511), hijo de Childerico. Este monarca derrotó en el año 486 a Siagrio, último comandante romano de las Galias; en el 491 triunfó sobre los turingios; y a los alamanes en la batalla de Tolbiac, en el 496.
Cuenta la leyenda que en agradecimiento por la victoria sobre los alamanes, Clodoveo decidió convertirse al catolicismo, aunque también influyó su matrimonio en el 493 con la princesa burgundia Clotilde, que era católica. Su conversión fue imitada por sus guerreros, de manera que los francos abandonaron el paganismo por la religión de sus súbditos galorromanos. Esto tuvo una importancia crucial, pues permitió la consolidación de su reino en torno a una única fe, en contraste con el resto de los pueblos germánicos que, por ser arrianos, estaban en contraposición con la población de sus dominios, mayoritariamente católica.
Tras su victoria sobre los alamanes, Clodoveo puso la mira sobre el reino Visigodo, derrotando a sus tropas en la batalla de Vouillé en el 507. Como consecuencia se apoderó de todos los dominios visigodos al norte de los Pirineos, con excepción de la costa mediterránea. Sin embargo, sus intentos por seguir avanzando hacia el sur fueron frustrados por Teodorico "El Grande" rey otrogodo.
A la muerte de Clodoveo, el reino fue dividido entre sus cuatro hijos. uno de estos Clotario I, logró reunificar temporalmente los dominios de su padre, pero su muerte ocurrida en el 561, se produjo una nueva partición, la misma que persistiría por más de un siglo con escasas interrupciones. Las dos partes principales de los dominios francos eran Austrasia y Neustria, la primera incluía las regiones nororientales, con centro de Metz, mientras que la segunda abarcaba el norte y centro de la actual Francia, con capital en París. los gobernantes de ambos reinos se encontraban en constantes guerras entre sí y con los demás Estados surgidos de la monarquía franca, aún cuando todos ellos estaban emparentados como descendientes de Clodoveo. Las luchas debilitaron el poder de la dinastía merovingia en beneficio de la nobleza, que con su apoyo militar podía decidir el triunfo o la derrota de los reyes.