lunes, 25 de diciembre de 2017

El matrimonio y la vida sexual de los incas

El Padre Cobo trae esta información sobre matrimonio y vida sexual.:

a) Estaba prohibido bajo pena de muerte el matrimonio entre ascendientes y descendientes. Igual prohibición alcanzaba a la unión entre hermanos; pero, tratándose del Inca, fue posible desde Thupa Yupanki, que fue el primero que se casó con su propia hermana de padre y madre. Aducíase que debiendo adorar ambos cónyuges al mismo abuelo, la unión era perfecta.

b) Apunta el Padre Cobo lo siguiente con respecto al Inca y la nobleza: "Por vía de herencia heredábase las mujeres de sus padres y hermanos, de las cuales usaban los herederos como propias, excepto la legítima del difunto y las que habían parido del padre. Los hermanos heredaban las mujeres de sus hermanos, así las legítimas como las concubinas; y sobre lo que habían de ser preferidos en estas sucesiones, había esta costumbre; que si los hijos eran grandes y tenían casa aparte al tiempo de la muerte del padre, el mayor se apoderaba de las mujeres y si alguna había parido, ésta entendía en criar sus hijos y estarse por sí aparte; y si era la mujer legítima y no había parido, no la llevaba el hijo del difunto, sino el hermano, porque solo al hijo le estaba hecha la prohibición del ayuntamiento carnal con la mujer legítima de su padre y no al hermano con la de su hermano".

c) Respecto de relaciones, el Padre Cobo señala "que los padres daban a sus hijos cuando eran niños una mujer que los limpiase y sirviese hasta que tenían edad, y antes que los casasen estas amas les enseñaban vicios y dormían con ellos, holgando de ello los padres, y esta tal siempre se les quedaba en casa por manceba después que se casaba" 

d) Con respecto a la crianza de huérfanos, el propio Padre Cobo nos dice: "era costumbre confiarlos a alguna mujer viuda del pueblo que no tuviese prole ni volviera a casarse y ésta viendo al joven en edad, aunque ella fuese vieja, se amancebaba con él hasta que el gobernador le daba mujer y ello no obstante la viuda se quedaba siendo manceba hasta que le pagaban el trabajo de haberle criado, cosa que se aplazaba indefinidamente".

e) Más adelante, añade el P. Cobo: "En la región del Collao,, el novio obsequiaba a la futura suegra con una taleguilla de coca".

f) "Era general la costumbre de que el novio llevase a casa de sus suegros paja y leña durante cuatro o cinco días".
g) "Era norma que no podía ser repudiada la mujer legítima y se consideraba afrenta casarse, al enviudar, con una de las mancebas. No podía haber boda de persona viuda antes de cumplirse el año de la muerte del conyuge".
"Cuando una viuda criaba a un huérfano, éste, en pago, se amancebaba con ella".

h) "El incesto era prohibido incluso entre la nobleza hasta la época de Thupa Yupanki".

i) "El hijo mayor, a la muerte del padre, se apoderaba de las mujeres de éste, excepto la legítima, la cual pasaba al hermano del difunto".

j) "Se heredaba las mujeres de los hermanos".

k) "Se rendía culto a los ascendientes por línea recta, sin tener en cuenta con el tío o con el hermano de la abuelo". 

l) Dice el Padre Cobo que la poligamia era muy muy bien vista pues la concesión de mujeres por el Inca era a personas de mucha calidad o de gran ingenio y suficiencia y remunerando servicios importantes. Sin embargo, era solo un privilegio de la nobleza, pues la gente común era monógama.

ll) La mujer estaba muy sujeta al marido: le servía en el hogar, trabajaba en el campo, llevaba cargas y en muchas tareas ayudaba al hombre. Entre la nobleza la mujer legítima era servida y obedecida por las otras mujeres.

m) Refiriéndose al matrimonio, dice: "que después de la cosecha el Inca repartía a las acllas entre los nobles y principales en una ceremonia en que participaban los deudos de los contrayentes: los del varón iban con el novio a casa del padre de la novia o de su pariente más próximo, quienes la entregaban y el novio, al recibirla, le calzaba el pie derecho con una sandalia de lana si era doncella y de paja si lo contrario y la tomaba por la mano y así juntos los deudos de ambos la llevaban a la casa del marido y la novia sacaba de debajo del chumpi una túnica de lana fina, un llauto y una patena y dábaselo a su esposo, el cual se los vestía. Se pasaba en fiesta con los novios hasta la noche; mientras tanto, la novia era instruida por sus parientas más ancianas de cuanto debía saber por esposa y los viejos deudos lo hacían con el novio, haciéndole amonestaciones de cómo había de tratar a su mujer. Unos y otros les hacían obsequios". 

n) "El viudo o la viuda sólo podían contraer nuevo matrimonio después de un año y, si moría la mujer principal de un noble, éste no podía casarse con ninguna de sus otras mujeres".

Un anónimo de 1580 consigna estos datos sobre el matrimonio de las acllas. La manera de casamiento que tenían las acllas, era así: "se juntaban en un llano los hombres a quienes iban a recibir como mujeres a dichas escogidas, los cuales eran siempre criados del Inca y yanacones que le servían, aunque ya tuviesen otras mujeres, y sin más ceremonias el respectivo funcionario entregaba a cada hombre una o dos mujeres, indicándoles que se marchasen. Otras veces era el propio Inca quien intervenía en la distribución. Cuando alguna mujer se negaba a ir con el hombre que se le había señalado, era castigada con la muerte, porque desobedecía al Inca. 
Muerto el marido que recibía una escogida, ésta tenía después libertad para casarse con quien quisiese y volvíase a su tierra sin licencia previa del Inca. 
Las mujeres que tomaba para sí el Inca no tenía esta libertad, porque a su muerte quedaba en su misma casa, sin que nadie les quitase su chacra ni servicio, sirviendo y dando de comer cada día al Inca muerto, como si estuviese vivo. Así pudo observarse con las mujeres que fueron de Tupac Yupanqui y Guayna Capac".

El Padre Costa nos habla de la especial solemnidad con que se celebraba el matrimonio, uno de cuyos actos era:

a) "El ir el desposado a la casa de la novia a llevarla consigo y ponerle una ojota (usuta) en el pie que era de lana o de esparto según fuese la mujer doncella o viuda. A ésta servían y reconocían todas las otras y cuando moría el marido llevaba luto durante un año, no pudiéndose casar en este período".

b) "Los gobernadores y curacas celebraban los matrimonios en sus pueblos juntando a los jóvenes de ambos sexos en una plaza y cumpliéndose la ceremonia de calzar la usuta".

c) "Estaban prohibidas las relaciones sexuales con la madre, abuela, hija o nieta y, por lo tanto, el matrimonio; con las otras parientas estaba permitido casarse o amancebarse".

d) "Era igualmente prohibido el unirse hermano con hermana, y respecto de los Incas dice el cronista jesuita: "hermano con hermana tampoco se consentía tener acceso ni había casamiento, en lo cual están muchos engañados en el Perú, creyendo que los incas y señores se casaban legítimamente con sus hermanas, aunque fuesen de padre y madre; pero la verdad es que siempre se tuvo esto por ilícito y prohibido contraer en primer grado; y esto duró hasta el tiempo de Topa Inca Yupanqui, padre de Guayna Sapac y abuelo de Atahualpa en cuyo tiempo entraron los españoles en el Perú, porque el dicho Topa Inca Yupanqui fue el primero que quebrantó esta costumbre y se casó con Mama Ocllo, su hermana por parte de padre; y éste mandó que sólo señores incas se pudiesen casar con hermana de padre, y no otros ningunos. Así lo hizo él, y tuvo por hijo a Guayna Cava, una hija llamada Coya Cusi Rimay, y al tiempo de su muerte, mandó que éstos hijos suyos, hermanos de padre y madre, se casasen, y que las demás gente principal pudiese tener por mujeres sus hermanas de padre".

El visitador Damián de la Bandera apunta lo siguiente sobre la forma del matrimonio, al observar esa institución en la provincia de Huamanga: "En cada pueblo, como sabían que iba el visitador, hallaba por su orden puestos en la plaza  los indios que no tenían mujeres, de 15 hasta 20 años, de 25 hasta 30, de 35 hasta 40, cada edad por sí, y así mismo las mujeres solteras por sus edades; los hombres fronteros de las mujeres; y de allí primeramente daba mujeres a los caciques y principales que no las tenían o tenían necesidad de más, y después a los demás indios por sus edades, a cada uno con su igual. Y este era entre ellos matrimonio tan guardado que ninguno osaba dejar la que allí le daban por mujer ni tener cuenta otra, so pena de muerte, y ellas por lo consiguiente; y solamente a los caciques principales de mil o de 10 mil indios les era concedido tener más mujeres que una, pero esto era con licencia del Inca"...
"Era costumbre entre ellos que el hermano heredaba las mujeres de su hermano, en muriendo, y el hijo las del padre; tenían acceso con ellas públicamente; y aún en el día de hoy lo usan algunos".

En la relación de los Pacajes (Relaciones Geográficas de Indias) aparecen los siguientes datos relativos al matrimonio: "el modo que tenían en sus casamientos estos Pacajes era que el Inca o su gobernador o cacique principal, en llegando al pueblo, hacía juntar los mozos y mozas que había en él solteros, y hacíanles poner por hileras, unos a un cabo y otros a otros, y decía a los varones que tomase cada uno su mujer conforme a su estado y calidad, diciendo la mujer primero delante de sus padres con cuantos varones había tenido acceso antes que con él, y no queriendo hacer la dicha mujer la confesión, la desechaba y no la quería por mujer, aunque tuviese hijos en ella; y después de hecha esta ceremonia, los padres le daban cántaros, ollas y husos y semilla para las chacras, chuses para dormir; y los parientes le daban la fiesta, la leña y paja. Los indios pobres no podían tener sino una mujer, y a los caciques principales les daba una mujer el Inca, y la llamaban taica guarmi (takyia guarmi, M. J. de la E.), que quiere decir mujer legítima, y demás de ésta les daba a algunos caciques principales 10 a 20 indias y se llamaban sipas que quiere decir manceba y estaban en casa aparte y servían de hacer bebida, ropa y chacra. Y cuando la mujer del cacique principal era hallada adúltera, despachaba a el Inca dándole razón de ella y éste le daba licencia para repudiarla y tomar otra; y si era indio particular, daba noticia al cacique principal y con su licencia tomaba otra mujer, porque sin este aviso no se podía repudiar las mujeres". 


Fuente: Historia del Antiguo Perú a través de la fuente escrita por Luis E. Valcárcel 




viernes, 15 de diciembre de 2017

La leyenda del dios Taapac

En una gran fiesta celebrada en el lago Titicaca las personas presentes vieron bajar del cielo un hombre blanco y ojos azules, con un vestido típico andino, el cual se quedó a vivir allí por unos días, predicando la creencia de un dios universal, creador y causa primera de todas las cosas, pero no tuvo resultados, porque la gente no le prestaba atención. Entonces Taapac, que quiere decir "hijo del creador" los reprendió severamente, engendrando odio en cuantos le escuchaban. Trataron de corromperlo, tentándolo con riquezas, y al no tener aceptación de Taapac, resolvieron darle muerte; y así fue como un día lo empalaron con una chonta cruelmente. Su cadáver fue puesto en una balsa y echado al agua, el viento lo llevó rápido a Chacamarca, donde ahora se encuentra el actual Desaguadero que antes no había y que lo abrió la balsa con su proa, dando suficiente lugar para que corriesen las aguas y sobre ellas fue navegando hasta los Aullagas, donde se hunden las aguas en las entrañas de la tierra y allí quedó el santo cuerpo que cada año se ve una fresca y verde palma por el tiempo de las pascuas, aunque otros dicen que esta palma aparece en una pequeña isla del Desaguadero sin que la acompañe algún otro árbol. Este relato es según la versión de Ramos Gavilán.

El padre Oliva presenta el mismo mito, discrepando en algunos detalles, como los siguientes:
Taapac era de cabello crespo, vestía túnica morada y manta carmesí; sale del mar; perseguido, lo apedrean; huye y reaparece en Hilayava y los que lo maltrataron quedan mudos y lisiados; aparece una pestilencia y hambruna. Es asesinado en Copacabana y llevan su cuerpo en canoa por el lago; pero naufragan y perecen todos.
El padre Calancha, citando a Ramos Gavilán, llama a Taapac "el hijo del criador".


Fuente: Historia del Perú Antiguo a través de la fuente escrita por Luis E. Valcárcel

martes, 12 de diciembre de 2017

El Mito de Wiracocha

En tiempos del antiguo Perú no existía ni el día ni la noche todo era oscuridad, de una laguna salió Kon Tiqsi Wiracocha creo al Sol, la Luna y las estrellas. Luego creo la tierra, el cielo y personas, pero éstos fueron desobedientes con su creador y como castigo los convirtió en piedras. 
En Tiwanaku Wiracocha creo otras personas entre hombres y mujeres de las piedras y les dotó de un líder que los gobernara. Mandó a que se dispersaran menos a dos que se quedaron con él, a quienes instruyó. 
Éstos se llamarán los tales y saldrán de tal fuente en tal provincia y poblarán en ella y allá serán aumentados y éstos saldrán de tal cueva y se nombrarán los fulanos y poblarán en tal parte, y así como yo aquí los tengo pintados y hechos de piedra, así han de salir de las fuentes, ríos, cuevas y cerros, en las provincias donde he dicho y nombrado y luego irán todos ustedes por esta parte (señalándoles hacia donde el Sol sale) , dividiéndolos a cada uno por sí y señalándoles el derecho que deban de llevar...
Iban (los mensajeros de Wiracocha) llamando y sacando personas de los ríos, cuevas y fuentes y poblaron la tierra hacia donde el sol sale.
Desde Tiwanaku Wiracocha mandó a sus dos compañeros así:
El uno por la parte y provincia de Condesuyo, las espaldas donde el sol sale, a la mano izquierda y el otro por la parte y provincia de Antisuyo que es a la mano derecha. Y el dios Wiracocha partió al Cusco, que es por el medio de estas dos provincias, viniendo por el camino real que va por los Andes hacia Caxamalca. 
Llegando a Cacha (18 leguas del Cusco), salieron con sus armas unos nativos del pueblo de Canas con intención de matarlo, no reconocían que era el dios Wiracocha. Para demostrar su poder hizo llover fuego del cielo, ardiendo una cordillera. Al ver esta grandeza los pobladores de Canas arrojaron sus armas y huyeron. Wiracocha tomó una vara y apagó el fuego.

Wiracocha se dio a conocer como su dios y los Canas lo acataron, levantándole una suntuosa huaca (lugar sagrado). Esculpieron su imagen en una piedra enorme.
Siguiendo su camino, Wiracocha llegó al Tambo de Urcos, asciende la cerro más alto y allí se sienta a descansar. De allí salieron quienes en memoria de del dios, colocaron en este sitio un trono de oro. 

En el Cusco creo a una persona que lo llamó Allcaviza y dio su nombre al pueblo. Continuó su camino hasta llegar a Puerto Viejo, donde se reunió con los mensajeros, y con ellos se fue hacia el mar y luego desaparecieron. 




Fuente: Historia del Perú Antiguo a través de la fuente escrita por Luis E. Valcárcel 

Concepcióndel Mundo de los Incas según Garcilaso de la Vega

Para Garcilaso de la Vega el universo era dividido en tres mundos: el cielo de arriba o Hanan Pacha, el de abajo o Hurin Pacha y el de adentro o Ucu Pacha. Garcilaso ubica en cada uno de dichos mundos a los seres humanos, muy influido por el cristianismo. Así dice que los buenos, premiados por sus virtudes, iban al mundo alto; que en el de abajo quedaban los de la generación y corrupción; finalmente, que al de adentro eran enviados los malos, identificando dicho mundo con la casa del demonio o Supaypa Huasi. Que la vida en el mundo alto era quieta, libre de trabajos y pesadumbres y que, por el contrario, la del mundo de adentro estaba plagada de enfermedades y dolores, pesadumbres y trabajo, sin descanso.

Atribuye Garcilaso a los incas amautas (maestros) la idea de la naturaleza doble del hombre, con cuerpo y alma, ésta como espíritu inmortal y aquél hecho de tierra, por cuya razón le llamaban allpacamasca, que quiere decir tierra animada. Que la palabra runa significa hombre de entendimiento y razón y que la voz llama es equivalente a bestia.
Garcilaso sostiene que los incas creían en la resurrección universal; pero no en el sentido cristiano, es decir para gloria o para pena que la nueva vida era semejante a la temporal. Tenían por esto grandísimo cuidado de poner en lugar seguro sus cabellos y uñas. Preguntó a algunos indígenas por qué cuidaban y guardaban uñas y cabellos, éstos le respondieron: "sábete que todos los que hemos nacido hemos de volver a vivir en el mundo (no tuvieron verbo para decir resucitar) y las ánimas se han de levantar de la sepultura, con todo lo que fue de sus cuerpos; y porque los nuestros no se detengan buscando sus cabellos y uñas (que ha de haber aquel día gran bullicio y mucha priesa) se los ponemos aquí juntos para que se levanten más ayna; y áun si fuera posible habíamos de escupir en un lugar".



Fuente: Historia del Perú Antiguo a través de la fuente escrita de Luis E. Valcárcel


lunes, 4 de diciembre de 2017

Juegos y diversiones en tiempos de los incas

Los niños conocían varios juegos, pero prácticamente desde los cinco años dejaban de lado las diversiones propias de su edad, pasando las horas ayudando a sus padres. El niño campesino no conocía la infancia, rápidamente se preparaba a las labores agrícolas, teniendo poco tiempo para jugar. Una de las formas de entretenerse era a base de frejoles y piedrecillas. Además niños y niñas les encantaba jugar imitando las labores de sus padres, escenificando la vida del hogar, de la chacra, de la ganadería, de la cacería y de la guerra. Las niñas tenían muñecas de trapo y barro, vestidas y adornadas con trajes y tocados en miniatura. Se las llamaba guauachuqui. Hay algunas dudas de que el pasatiempo con muñecas haya estado universalizado entre las niñas; pero las tumbas excavadas en Chancay evidencian que por ahí fue normal. De todos modos como las mujeres no acostumbraban cargar mucho a sus hijos, ni aun para amamantarlos, ello influyó para que las niñas no imitaran a sus madres.
Para divertirse los niños usaban el cumisitta cumisina, o sea tres-en- raya, que todavía persiste en nuestro tiempo.

Los niños agarrándose los unos a los otros por los vestidos, formando una larga hilera, corrían de un lado a otro dando vueltas, en la que remedaban la curva de una serpiente. Tal diversión tenía por nombre acutasitha, no siendo otra cosa que el trasunto de la danza del Amaru que realizaban los adultos en determinadas ocasiones solemnes.
Los niños también se distraían sentándose mutuamente sobre el cuello del amigo, con las piernas abiertas colgando sobre los pechos. Otros se divertían dándose volantines, saltos largos o jugueteando a la ronda. También jugaban con los papirotes (golpes suaves y fuertes en la cabeza). Su nombre en aymara es tincat asitha. Para ello se colocaban unos tocados que suscitaban risas. En las imitaciones de escenas de caza, manipulaban el lihui (boleadoras) simulando matar aves, fieras y camélidos.

Otro juego que realizaban los niños era dejarse escurrir de las rocas inclinadas de superficie lisa desde una cierta altura, acurrucándose en esas suaves pendientes. 
Jóvenes y adultos usaban una pelota de madera o caucho (parecido al juego de bolos). Este juego tiene dos nombres: pecositha y pecopapa auqui. 

Muchos jóvenes y adultos cogían frijoles llamados chuy que son redondos y de colores, jugaban tirándolas en un hoyo, en pares y nones. Mientras más frijoles cayeran en el hoyo ese sería el vencedor. 
Los enamorados usaban el juego simpasitha, enlazando un cordel en sus dedos y hacer vaticinios si sus amados o amadas los querían o no. 
El chaco o caza constituía un deporte de jóvenes y adultos. Participaban todos los estamentos sociales, previa convocatoria hecha por los funcionarios.
La diversión más deportiva, ceremonial y solemne es el huarachiuy o huarachico, donde los jóvenes de la élite demostraban su madurez física y mental a través de pruebas muy duras. Después de cumplirlas se les declaraba mayores de edad. 

Otro tipo de recreación juvenil eran las peleas rituales realizadas entre las parcialidades de Hanan/Hurin, Allauca/Ichoc, etc. En este enfrentamiento se tiraban frutas compactas y secas que terminaban con heridos y muertos, pero jamás enemistaban a los bandos, ya que la sangre vertida representaba una de las más excelsas ofrendas para la fertilidad de la tierra. Recibía el nombre Pucllay. Se efectuaba en diciembre, pero más en febrero y marzo. Durante la colonia lo transfirieron a la semana de carnavales. 

El juego huairusitha o piscasitha o simplemente pishca, por lo habitual en las noches de velorio, tenían por objetivo evitar el sueño de los dolientes. Los llevaban a cabo con una especie de dado grande de cinco caras. En un lado tenía cinco puntos y en los otros uno, dos, tres y el último cuatro. La punta valía cinco y el suelo del dado 20. En este esparcimiento apostaban cuyes, ganado y ropa. En este juego intervenían tanto hombres como mujeres. Se les decía pishca porque se realizaba en las cinco noches que duraba el velorio de un difunto en el espacio andino. Era pues un pasatiempo ritual con un dado de hueso, que antes de dejarlo caer en un sitio plano, había que batirlo entre las dos manos, formando éstas una bóveda, o metido en algún pequeño recipiente. Conformaba un juego de azar. 
Por último en uno de los lugares dos veces y en otros tres por mes, se reunían en un escampado para comer unos al lado de los otros y enseguida a dedicarse a juegos físicos. Lo que buscaban en estas ocasiones era la reconciliación de los ánimos. En tales oportunidades cada familia acarreaba su propia alimentación. 

Fuente: Los Incas de Waldemar Espinoza



Muñecas de trapo (Cultura Chancay)




Rodadero donde se deslizan los niños (Cusco)


Pishka (se jugaba como la pirinola, se le tomaba de una arista y se le hacía girar)



 

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