Tras los legisladores y tiranos asumió el gobierno de las polis Clístenes, un aristócrata que, contra los intereses de su clase, implementó una nueva reforma: estableció una división de los habitantes de acuerdo con el lugar de residencia y no con la riqueza. Su objetivo era conseguir la igualdad de los ciudadanos ante la ley. El resultado de sus reformas fue el inicio de la democracia en Atenas. La ampliación de la participación política de los ciudadanos significaba que estos podían, en forma directa y por medio del voto, debatir y decidir sobre las cuestiones más importantes de la comunidad, como la declaración de una guerra, un acuerdo de paz o la alianza con una potencia extranjera. La organización política establecida por Clístenes se mantuvo sin modificaciones hasta que Pericles asumió el gobierno de Atenas a mediados del siglo V a.C. e introdujo una serie de reformas que consolidaron la democracia ateniense.
Con las reformas de Clístenes y luego con las de Pericles, el electorado ateniense fue distribuido en diez tribus, cada una de las cuales debía contribuir con un regimiento para la defensa de la polis y elegir los siguientes cargos:
- Estrategas: Máximos dirigentes de la polis, con funciones militares.
- Arcontes: Organizaban el culto y los asuntos administrativos.
- Bulé o Consejo de los Quinientos: Constaba de quinientos representantes elegidos para encargarse de preparar las leyes, tomar decisiones sobre la política exterior, los asuntos militares, las finanzas, el culto y la justicia.
- Tribunal de los Heliastas: Juzgaba los asuntos civiles y penales. Estaba compuesto por aproximadamente 6000 ciudadanos mayores de 30 años.
- Asamblea Popular o Eclesia: Estaba integrada por todos los ciudadanos mayores de 18 años que quisieran participar. Votaba las leyes.
Todos los cargos públicos eran elegidos por sorteo, por un período de un año, y no se recibía ningún tipo de pago por ejercerlos.