Todo matrimonio entre campesinos se formalizaba después de un tiempo más o menos largo de cohabitación prematrimonial llamado tincunacuspa en el sur y pantanaco en el norte. En él se buscaba que los futuros contrayentes pudieran descubrir la compatibilidad o incompatibilidad de sus psicologías, bajo la estricta vigilancia de sus padres; por cuanto el pantanaco podía cumplirse tanto en casa del futuro esposo como en la de la futura compañera. Lo que la mujer perseguía en el varón era un tipo que desatendiera la chacra, o sea la producción; y lo que apetecía el varón era que su cónyuge supiera manejar las cosas del hogar. Si la pareja se hallaba conforme se realizaba el matrimonio en las fechas programadas por las autoridades estatales. Desde entonces el individuo adquiría su completa mayoría de edad y también su entera autonomía, convirtiéndose en un miembro activo del ayllu, pasando a vivir en una casa sólo para ellos, que podía ser levantada al lado de la casa de sus padres o más lejos.
La edad para contraer matrimonio no era igual en todas las clases sociales. Entre el campesino o jatunruna la costumbre la fijaba en la edad juvenil. Pero tratándose de las familias jóvenes, las bodas se llevaban a cabo desde niño, con la finalidad de precaver y garantizar la pureza de sus linajes aristocráticos. Estos matrimonios lo concertaban sus padres; como los casaban entre los cinco y nueve años, después del rito, cada uno se iba a la casa de sus respectivos padres hasta esperar la edad conveniente para la relación marital.
En la nobleza no había enamoramiento ni cortejo para estas nupcias, ya que eran arregladas y convenidas por los progenitores, o por otras personas interesadas en perpetuar dicho sistema.
Solamente el hombre casado recibía su lote de tierra para sembrar. Mientras permanecía soltero vivía ne la casa de sus padres, dependiendo de los productos cosechados en las parcelas de éstos. Además sólo después de desposado quedaba obligado a cumplir mita al Estado inca, lo que explica por qué el incario se preocupaba y hasta presionaran para que se matrimoniaban luego de alcanzar el grupo de edad apropiado para tener una compañera.
Las autoridades estatales se encargaban de señalar las fechas para la realización de estos enlaces matrimoniales en la civilización inca. Los jatunrunas o campesinos, el matrimonio era monogámico y su disolución podía producirse por motivos muy graves. Estaban permitidas las segundas nupcias transcurrido un buen tiempo luego del fallecimiento del cónyuge o divorcio.
Algo que nadie indagó es que luego de ser exterminados los incas al quedar solo mujeres, estas al casarse con españoles recibieron sangre aria, (y si aceptamos la teoría de Ayala que si los incas son el resultado de invasiones japonesas...)
ResponderEliminarPues solamente los visigodos letrados podían darse ese lujo estratégico de poder siendo en ese tiempo tanto los celtas como armenios supersticiosos vasallos analfabetos en España los que solo se casaban si encontraban mujeres cristianas llegando así a casi exterminarse. Esta nueva gente mestiza tiene una moral distinta a la europea, gustan creer en algunas de sus tradiciones pero tienen un aspecto blancoide y muy agraciado.
Por otro lado el indio ex esclavo de los incas seria invadido por las hordas de gitanos ilegales que ingresarían desde Brasil y desde la Lima poco vigilada los cuales se mestizarían escandalizando al mundo de entonces con sus costumbres conocidas, dejando sus hábitos y costumbres poco delicadas en la gente que se denomina “popular”.
De se modo deberíamos llamar “indios” a la gente cita-dina de corbata y bien educada, y “criollos” a los campesinos borrachos e incivilizados.
Deseo conocer sobre el matrimonio en la cultura de los JEROS de la sierra peruana. Gracias.
ResponderEliminarKrippy Kush
ResponderEliminarEs interesante los comentarios y los aspectos indicados en este blogspot; sin embargo, se necesita brindar la información con la respectiva bibliografía, para verificar las fuentes.
ResponderEliminarEsto es fuente waldemar Espinoza
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