Los seres humanos del paleolítico sentían temor frente a la naturaleza, pues desconocían el origen de sus fenómenos. El deseo de dominarla los llevó no sólo a desarrollar sus habilidades técnicas, sino también a articular una religión y un arte.
Las primeras manifestaciones humanas consideradas artísticas datan de hace 35 mil años, es decir, el paleolítico superior. Se trata de un arte fundamentalmente figurativo que se manifestó a través de la pintura, la escultura y el llamado arte mobiliar. sus relaciones podrían estar relacionadas con aspectos como la vida misma, la supervivencia y la muerte. Así, estas impresiones artísticas se ligan a rituales propiciatorios para la caza o fertilidad. De hecho, se considera que ya había personas dedicadas específicamente a la magia o hechicería. El arte paleolítico es inseparable de los inicios de los ritos religiosos.
La manifestación típica artística del paleolítico fue la pintura rupestre, realizada sobre las paredes de las cuevas donde moraban temporalmente los seres humanos. Se desarrolló sobre todo en Europa, aunque se dio también en otros lugares. Las muestras más importantes son, sin duda, las elaboradas en Altamira (España) y en Lascaux (Francia). Las escenas estaban principalmente representada por animales, posteriormente fueron escenas de caza y se elaboraron también al aire libre. La temática se ampliaría hacia luchas entre guerreros, rituales de hechicería o danzas femeninas, lo que indica la complejización de las relaciones sociales. Esto dio inicio a la etapa neolítica, con expresiones como las de Cogul, Alpera y Minateda, en las localidades españolas de Lérida y Albacete.
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