Cusi Yupanqui (Pachacuti) fue el hijo de Wiracocha y Mama Runto, hija del señor de Anta; había nacido en los aposentos de Cusicancha, frontero al Inticancha (Cusco), motivo por el cual años más tarde fue transformado en adoratorio. Quien le educó y moldeó su carácter fue su ayo Micuymana, enseñándole historia, quipus, leyes y lengua. De joven demostró una extraordinaria personalidad y madurez reflexiva, cualidades que le faltaba a su hermano Urco. Tomó parte en las principales empresas guerreras dirgidas por Vicaquirao y apo Mayta.
Ante la huida del inca Wiracocha, su hijo Urco y parte de su séquito, surugió la figura de Cusi Yupanqui, ya tenía 30 años de edad, que con el apoyo de los guerreros Vicaquirao y Apo mayta ordenó la resistencia. Realizó una convocatoria de la pequeña etnia Inca y clamó la ayuda de los señoríos y reinos vecinos; Canas acudió como aliado; pero no faltaron algunos que se abstuvieron esperando el resultado para adherirse al grupo grupo ganador, como es el caso de los Chilques (Paruro).
Más de una batalla hubo entre chancas y cusqueños; la primera en la propia llacta del Cusco. Fue un combate cuerpo a cuerpo, presenciado por miles de espectadores de las etnias colindantes que para intervenir esperaban el lado por el que se inclinase la victoria.
Los chancas retrocedieron a Ichubamba, pero sin ceder en sus intentos; en secreto llamaron a sus guerreros del interior de sus tierras; pero la situación era ya diferente, ahora todas la etnias que circundaban el Cusco estaban decididas a auxiliar a Cusi Yupanqui al ver que estaba triunfando. Esta vez los ayarmacas (Jaquijaguana) se aliaron a los chancas. En la batalla Cusi Yupanqui cercenó la cabeza de Asto Huaraca, mientras Tomay Huaraca era muerto en otro sector del campo de combate. Cusi capturó al ídolo de Uscovilca. El hecho sirvió para que más señoríos y reinos que aún seguían indecisos y de espectadores, se plegaran a Cusi Yupanqui. Realidad que después fue mitificada por los Incas, propalando la creencia de que las piedras de Ichubamba se transformaron en hombres por voluntad de los dioses para favorecer a sus hijos predilectos: Los anan y los urincusco. Tanta fue la sangre derramada en Ichubamba que se le llamó Yahuarpampa (llanura de sangre).
Con la desaparición de sus caudillos, los chancas se dieron a la fuga; los incas los persiguieron hasta la orilla derecha del Apurímac a 12 Kilómetros, donde todavía se llevó a cabo un tercer combate, en el que fue muerto Vicaquirao, cuyo cadáver fue metido en el tronco de un árbol que agujeraron. Cusi Yupanqui continuó hasta Andahuaylas que es la tierra de los chancas. Después regresó deteniéndose en Jaquijaguana, lugar en que los ayarmacas se hallaban aflijidos, pensando en pedir clemencia, suponiendo obtener el perdón y pertenecer a la etnia Inca.
El triunfo Inca estaba consumado, con ello acababa el período del diminuto señorío del Cusco. Ahora se daba inicio al gran imperio de los incas.
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