Según la versión de los anales cusqueños, el que sucedió a Inca Roca fue su hijo Tito Cusi Huallpa (Titu Kusi Wallpa), el cual al tomar el mando ya adulto, se puso el nombre de Yahuar Huacac (Yawar Waqaq), en alusión a sus lágrimas de sangre, es decir a una conjuntivitis aguda que había padecido.
En su corto reinado conquistó muy pocos ayllus, entre ellos al de Viccho. Desde un principio tuvo que hacer frente a un alzamiento de los pinaguas (Muyna), que se sublevaron con la ilusión de independizarse; pero fueron contenidos rápidamente por la estrategia de Vicaquirao; que se convirtió en su brazo derecho; desde entonces para asegurar sus posesiones colocaron guarniciones de control, lo que significaba conquistar y anexar, con el objetivo de mantener o conservar lo ganado por sus antecesores.
Pronto de apoderó de algunas tierras más de los cuntis, gracias siempre a la habilidosa táctica de su hermano Vicaquirao. No tuvo problemas con los ayarmacas debido a su alianza matrimonial con Mama Chiquia. Con la misma finalidad tomó esposas en otros ayllus.
De los hijos con Mama Chiquia, escogió a Paguac Huallpa para sucederle en el mando. Pero esto no agradó a los huallacanes, quienes preferían y proponían a Marcayuto, vástago procreado con una mujer oriunda de Huallacán y para hacerlo realizaron un ardid. Invitaron a Paguac Huallpa a visitar Huallacán, lo que Yahuar Huacac aceptó, enviando a su hijo correinante pero acompañado y escoltado con 40 guerreros con la orden expresa de matar a quien sea en caso de hacerle algún daño. Los huallacanes les tendieron una emboscada matando a Paguac Huallpa y a los 40 de su séquito. Yahuar Huacac, en represalia, mandó arrasar el pueblo de Paulo, sede principal de los huallacanes, masacrando a los conspiradores.
Planeo una expedición al Collasuyo; pero se frustró debido a la sublevación de los cuntis, que estaban muy fastidiados con las mitas (turnos de trabajo) que les imponía el inca para que le generaran excedentes destinados a mantener a los nobles del Cusco. La inserrución de los cuntis fue impetuosa; aprovechando una fiesta atacaron el Cusco por lo que Yahuar Huacac tuvo que buscar refugio en el Inticancha. Pero fue atrapado y herido en la cabeza y asesinado junto a varios de sus hijos en la misma puerta de tan sagrado recinto (Inticancha). En el Cusco se produjo uno de los más grandes desconciertos y calamidades que sólo calmaron cuando una tempestad cayó inesperadamente. Tomándola como un presagio providencial, los cuntis retornaron a sus tierras sin causar más daño a la etnia Inca.
Yahuar Huaca fue victimado sin dejarle tiempo para que hiciera levantar su casa familiar; pero su linaje fue agrupado después en la panaca de Aucaylli. Los chancas utilizaron el incidente y avanzaron otra vez hasta el Apurímac.
La consumación de este regicidio demuestra una vez más cómo el señorío Inca del Cusco carecía todavía de la firmeza necesaria y estaba amenazado por latentes guerras y complot, al extremo que la etnia Huallacán linchó al auqui (príncipe) Paguac Huallpa, y los cuntis al propio Inca y en el mismísimo Inticancha. Es que el Cusco vivía rodeado señores y reyes más poderosos.
Aunque su cuerpo e ídolo no fueron encontrados, el cronista Bernabé Cobo refiere que se hallaron en el pueblo de Paulo.
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